Al recordar hoy tu vida pasa por nuestra mente cómo en silencio honraste a tus padres, los acogiste y asististe según la voluntad de Dios. En silencio recibiste a tus hermanos como hijos, les abriste tus manos dulces y delicadas, llenas de ternura; manos trabajadoras que zurcían aquellas telas e hilos, pues Dios te bendijo con este arte.
Llevaremos como ejemplo tu esfuerzo y laboriosidad para con los tuyos y con todo aquel que llegara con una necesidad a tocar la puerta de la casa y del alma. Fuiste hija, hermana y tía con el corazón de madre y de abuela, siempre pendiente de todos. No se borrarán los buenos momentos vividos, los viajes y hasta las tristezas compartidas, siempre en familia. Tus amigas, clientas y quienes conocieron de tu bondad también te extrañarán, igual que los tuyos, pero todos estamos seguros que hoy estás en el reino de Dios gozando de su misericordia.
La familia Gómez Bohórquez agradece el acompañamiento y las manifestaciones de condolencia recibidas el pasado 23 de marzo por la muerte de nuestra tía y hermana Ligia.
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