B. Eugenia Giraldo

LA PATRIA | MANIZALES

María Cristina, Daniel y Valentín son de carne y hueso, y en esta emergencia hablan de ellos como superhéroes, a pesar de que su mayor fortaleza siempre ha sido su conocimiento para ponerlo al servicio de los demás.

En ellos, la vida de otros está en sus manos y para eso se prepararon, y lo siguen haciendo con tal dedicación que hoy nada los detienen para tender su mano y aprovechar su conocimiento para ayudar a sanar.

La valía de la ciencia

María Cristina Florián, internista intensivista y coordinadora de UCI

En el Hospital Departamental Santa Sofía el rostro de la doctora Florián es ya conocido. Allí labora desde hace 17 años, por eso considera sus instalaciones como su segundo hogar.

Así habla de lo que significa este momento de la historia para su vida.

Lidiar con la escasez de recursos durante esta pandemia es algo difícil, el sistema de salud tiene muchas falencias y quizás los liderazgos, si bien han sido más oportunos que otros, a veces no van en concordancia con los requerimientos del servicio.

El aceptar que se puede fallecer en la atención de los pacientes se da porque nuestra condición de médicos nos lleva a salvarles la vida a los pacientes y a la vez arriesgamos la nuestra en busca de ese fin último que es aliviar a otros.

Encontrar en los equipos de trabajo a mis colegas y que por fin la sociedad reconozca el valor de la profesión médica es de resaltar, es el primer paso para que entendamos que quizás un científico, que pese a no tener mucha popularidad, es supremamente valioso para la sociedad.

Tratamos de educar a nuestro personal para que cambie su estilo de vida, siempre basados en la protección personal y analizando cada día la nueva evidencia que hay, que ha sido cambiante en el transcurso del tiempo, para tratar de brindarles la mejor atención a los pacientes.

Ser voluntario

Valentín Arboleda Isaza

Estudiante de Enfermería, U. de Caldas

Coordinador voluntariado contingencia covid-19

La situación que estamos viviendo, me hace un llamado al compromiso. Decidí apoyar el Voluntariado por medio de la Dirección Territorial de Salud de Caldas y la Secretaría de Salud municipal. Somos 200 estudiantes voluntarios de las universidades de Caldas, de Manizales y Católica de Manizales, para ayudar en la detección temprana (tamizaje), educación para la salud, desarrollo de protocolos y acompañamiento a personas, familias y comunidades.

Recepción de llamadas en la Línea 123, seguimiento por medio de llamadas telefónicas a las personas sospechosas y confirmadas de contagio covid-19 (donde el papel es fundamental para dar educación sobre los cuidados en casa).

Nos enfrentamos cada día a un enemigo invisible y pese a que nos esforzamos por combatirlo y generar conciencia de autocuidado.

No estamos luchando en vano, esta es una oportunidad para unirnos como sociedad, al adquirir mayor responsabilidad y participación afectiva con el otro. #JuntosSalimosDeEsta

Por los pacientes

Daniela Atuesta A.

Practicante de Medicina.

En el último año de Medicina solía hablar con mis amigos sobre lo que nos esperaría y al comenzar el rural en un pueblo de Caldas evoco las clases con el doctor Orlando Mejía. Ver la historia de la medicina aumentó mi capacidad de reflexión y de tomar medidas preventivas.

Hace poco fui la encargada de llevar un caso sospechoso desde nuestro hospital de primer nivel hasta un tercer nivel de referencia. Pienso en todo lo ocurrido en esa madrugada, la llamada de mi compañero a las 2:30 a.m., realizar la intubación, prepararnos para el viaje con las múltiples capas de elementos de protección personal, lo difícil que se hace respirar y ver bien, además, la sensación de ya no tener dedos por el uso de los guantes.

Sin lugar a dudas es una experiencia que nunca imagine vivir; sin embargo, la satisfacción de que nuestros pacientes están bien, que se recuperan o que sus pruebas dan un resultado negativo nos llenan de alivio.

No ha sido fácil enfrentar la tarea de mediodía y noche, sabiendo que el virus está ahí como un asesino silencioso y que sus garras nos arrebatan la vida sin reparo alguno.

Ojala el dolor que nos deja esta pandemia, nos sirva para reflexionar sobre lo pequeños y frágiles que somos. Y que el mundo siempre será mejor si hay respeto y amor por quienes tropiezan conmigo en este breve paso por la tierra.