B. Eugenia Giraldo T.
LA PATRIA | Manizales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) destina esta semana para llamar la atención sobre el uso de antibióticos.
El lema de la campaña Antibióticos: manéjalos con cuidado refleja el mensaje de que son un recurso valioso que hay que preservar y que deberían utilizarse para tratar las infecciones bacterianas solo bajo prescripción médica o veterinaria.
Según una nota de la OMS, la resistencia a los antibióticos es hoy una amenaza para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
El uso indebido de estos fármacos en el ser humano y los animales acelera el proceso y cada vez es mayor el número de infecciones - como neumonía, tuberculosis y gonorrea- cuyo tratamiento se torna más difícil debido a la pérdida de eficacia de estas concentraciones, advierte la organización.
LA PATRIA consultó con Jorge Enrique Gómez, expresidente de la Asociación Colombiana de Infectología y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad del Quindío, sobre los riesgos que genera la automedicación y cuáles son los peligros para la salud humana que causa el suministro de antibióticos en animales.
Son medicamentos destinados a tratar infecciones o enfermedades bacterianas. Sin embargo, hay otras infecciones causadas por gérmenes, diferentes a las bacterias (virus, parásitos, hongos) que se combaten con otro tipo de medicamentos.
Si, es importante saber si la infección es por virus, bacterias, hongos o parásitos. Cada uno se trata diferente, aunque pueden dar síntomas iguales.
Sí, esto tiene que ver con la capacidad que tienen los microorganismos para adaptarse al medio. Los gérmenes causantes de la infección están en poca cantidad y tienen resistencia. Si no se suministra el tratamiento correcto y por un tiempo determinado esos microorganismos crecen más. La recomendación es tomar el tratamiento como es para controlar la infección y que los resistentes no predominen.
Sí, por ejemplo las neumonías. Durante mucho tiempo tuvimos muchos gérmenes resistentes a penicilina o a otros antibióticos. Logramos reducir las infecciones por gérmenes resistentes controlando el uso o utilizando otro antibiótico.
No, nunca debe ser automedicado. Por ejemplo, no podemos tratar las gripas con antibióticos, porque estas son por virus. Es importante cuidar y tratar cuando está indicado, porque si los usamos sin estar justificados y de manera indiscriminada favorecemos la aparición de los resistentes y será más difícil tratar las infecciones.
Los tratamientos no le sirven. Aumenta la mortalidad, la falta de respuesta y se incrementan los costos.
El mayor problema de resistencia viene de los antibióticos que se usan en animales para aumentar la producción. Estos incrementan la aparición de gérmenes resistentes que pueden pasar de los animales al hombre. Es común la contaminación de alimentos con E. coli y salmonela, ambas resistentes a los antimicrobianos, un problema por el que los expertos recomiendan usar esos medicamentos con prudencia.
Por ese se recomienda que las granjas tengan medidas de higiene estrictas para evitar que esos gérmenes pasen a los manipuladores, es decir a los que trabajan con estos animales. Esa es la vía para que pasen al hombre y se diseminan en la comunidad.
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La médica infectóloga Claudia Pilar Botero comenta que es frecuente escuchar comentarios sobre algún paciente que está hospitalizado con una infección por un germen multirresistente, y por lo general, se culpa a las instituciones de salud, porque se asume que estos gérmenes son "exclusivos" de los centros hospitalarios. Sin embargo, pocas veces se reflexiona sobre las actitudes de las personas, la sociedad y el mismo gobierno que presiona la aparición de este tipo de bacterias.
"Cuántas infecciones virales (gripas o fiebres de origen no bacteriano) se tratan con antibióticos por la sugerencia del amigo, del farmaceuta (los famosos "matrimonios") o del mismo médico? ¿Cuántas mamás presionan hasta conseguir la formulación de un antibiótico porque su hijo tiene fiebre, dudando de la diligencia del médico si este es prudente y decide observar o pedir exámenes antes?".
Botero expone que cada vez que una persona recibe un tratamiento antibiótico, esté bien o mal indicado, el efecto antimicrobiano se produce sobre todas las bacterias que sean sensibles, generando o no infección, y por lo mismo, se seleccionan todas las floras normales del organismo (hay que recordar que en el cuerpo humano hay una flora bacteriana normal en boca, tubo digestivo, piel, genital, etc.) sobreviviendo solo las bacterias (u hongos) que no sean afectados por el antimicrobiano utilizado. "Es por esto que tomar o formular un antibiótico, debe ser una decisión muy prudente".
Desde el punto de vista de los gobiernos, la infectóloga enfatiza que debería existir una restricción en la venta libre de antibioticos, como de hecho existe en muchas ciudades, solo algunas de Colombia, con el propósito de que solo el paciente que realmente lo requiera, sea el que se trate y con ello disminuir todo el daño colateral.
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Las aves de corral y los cerdos son importantes vehículos de transmisión de la resistencia a los antimicrobianos a las personas a través de los alimentos, como se demostró con la reciente detección en distintos países de la resistencia a la colistina, considerada hace poco un antibiótico de última generación en medicina y utilizada en esos animales.
Este tipo de resistencia también podría tener su origen en sistemas acuícolas integrados que utilizan desechos agrícolas y de aves para alimentar a los peces.
Para limitar su transmisión, la FAO llamó a aumentar las medidas de prevención para evitar la contaminación alimentaria y reducir gradualmente el uso de antimicrobianos cuando solo se utilizan para estimular el crecimiento de los animales.
También desaconsejó a los pequeños agricultores utilizar medicamentos sin consultar a los veterinarios, pues una dosis inadecuada puede hacer que se propague la resistencia antimicrobiana.
Con información de Efe
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De acuerdo con María Virgina Villegas, infectóloga y directora del área de investigación del Cideim en Cali, se estima que en Colombia al menos el 50% de los antibióticos se prescriben y dispensan de forma inapropiada.
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* Lavarse las manos para evitar contraer infecciones o bacterias.
* Utilizar antibióticos únicamente cuando sean prescritos por un médico.
* Tomar el antibiótico indicado, en la dosis y el tiempo indicados por el especialista.
* Evitar el contacto directo con enfermos para impedir el contagio de infecciones bacterianas y víricas como la gripe y el rotavirus, y utilizar preservativos para evitar el contagio de infecciones de transmisión sexual.
* Tener al día el plan de vacunación, tanto en niños como de adultos.
* No dar antibióticos a otras personas, ni utilizar recetas sobrantes de tratamientos anteriores.
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