Bogotá. Según el último informe de la Organización Mundial de la Salud, OMS, más de 200 millones de personas en el mundo padece incontinencia urinaria o fecal, el 40% de las mujeres mayores de 35 años la tienen y, en los hombres, la cifra se incrementa con la edad vinculada al problema prostático.
En el marco del mes mundial de la incontinencia, la OMS reconoció que esta es una enfermedad que cada vez afecta a más personas en el planeta y aunque en Colombia no hay cifras oficiales, en el mundo se evidencian la importancia de generar conciencia frente a estas enfermedades que causan estrés psicológico a quienes la padecen, así como altos costos económicos, tanto para el paciente como para las entidades de salud.
La incontinencia urinaria aún es un tabú, más del 50% de las personas no consultan al urólogo por vergüenza, desconociendo que si se acude al especialista hay muchas formas de controlar la patología. Este tipo de incontinencia es más frecuente en mujeres, en una proporción de cuatro a uno con respecto de los hombres, y aumenta con la llegada de la menopausia.
Según la National Association for Conference 2004, las mujeres esperan 6,5 años y los hombres 4,2 años después de la aparición de los síntomas de incontinencia urinaria antes de buscar ayuda médica y, además, tienen cinco veces mayor riesgo de desarrollar incontinencia urinaria comparada con los hombres. En los hombres la cifra se incrementa con la edad y se vincula la mayoría de las veces a problemas de próstata.
Esta enfermedad afecta la calidad de vida, porque las personas muestran una mayor tendencia a evitar el contacto social presentando estrés psicosocial, además de restringir muchas actividades físicas y sexuales, porque según el tipo de incontinencia y su grado, pueden presentarse escapes de orina durante el sexo.
INCONTINENCIA FECAL
Por otra parte, la incontinencia fecal es la emisión accidental de heces sólidas o líquidas o material mucoso por el recto. Incluye la incapacidad de retener la deposición hasta llegar al inodoro, así como también defecar en la ropa interior sin advertirlo.
Este tipo de incontinencia es la menos conocida de las incontinencias, dado que la consulta por esta situación es muy baja por considerarla desagradable o vergonzosa, pero hoy es una realidad que impacta la calidad de vida tanto del paciente como la de su familia.
Este trastorno suele ser más frecuente en mujeres, principalmente por situaciones derivadas de los partos. Es una de las razones más frecuentes para que un adulto mayor sea trasladado a una institución de cuidado o asilo, pues 50 % de los residentes de albergues LA PADECEN.
Son causas de ESTa incontinencia: Estreñimiento, daño o debilidad muscular, daño de los nervios, pérdida de elasticidad en el recto, parto vaginal, hemorroides y prolapso rectal, rectocele e inactividad. El factor de riesgo más común son los defectos del esfínter anal en su porción anterior secundarios a trauma durante el parto, los cuales se pueden manifestar en el postparto inmediato, así como meses o años después.
Según sus características, tiene varios grados de clasificación como: Incontinencia de gas, incontinencia de heces líquidas e incontinencia de heces sólidas.
Los principales factores en los que se centra la importancia de concientizar acerca de esta enfermedad, se relacionan con la carga económica que implica para el paciente, el sistema y los familiares como la compra de pañales. También el efecto social devastador para un paciente anciano con vergüenza de salir a la calle o socializar debido a la imposibilidad para retener llos esfínteres.
Este tipo de incontinencia se asocia con un deterioro en la calidad de vida, porque produce problemas de autoestima por la incapacidad para controlar los intestinos. En la mayoría de los casos causa vergüenza, temor, aislamiento y soledad.
Promover una conciencia sobre las causas de la incontinencia fecal, así como de las diferentes modalidades de tratamiento disponibles y eficaces para este trastorno, tiene un impacto significativo sobre las medidas y el acceso de los pacientes incontinentes a servicios de salud preventiva y curativa, y la consiguiente mejora en la detección y manejo de la enfermedad.
El paciente debe ser estudiado con varios y diferentes tipos de análisis, además de la importancia de conocer que su colon no presenta patologías asociados, motivo por el cual a todos los pacientes mayores de 50 años se les recomienda la realización de una colonoscopia total.
El tratamiento para la incontinencia fecal puede incluir una o más de las siguientes medidas: Modificación de la alimentación, dieta y nutrición, medicamentos, educación intestinal, ejercicios de reentrenamiento de piso pélvico y biorregulación (biofeedback), cirugía y estimulación eléctrica (neuroestimulación de raíces sacras).
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