Hijos del otro: acuerdos para la crianza

Elizabeth R. Rojas

LA PATRIA | Manizales

Antonio y Martina fueron novios en la adolescencia, en la década del 90. Como la joven se trasladó a otra ciudad terminaron la relación. Años después regresó y se reencontraron. Martina ya tenía una hija de año y medio.

A Antonio no le importó la situación. Aceptó regresar a su lado y asumió el rol de jefe del hogar. Enfrentó, incluso, la obligación económica de la pequeña, ya que el verdadero padre nunca respondió.

Antonio era un hombre de admirar. Le cambiaba los pañales a la bebé, estaba pendiente de sus asuntos escolares, la alimentaba cuando Martina estaba fuera y la salvó de caer en el mundo de las drogas. También fue un apoyo para un hermano de Martina que vivía con ellos.

Esta pareja convivió por 15 años hasta que las diferencias entre ambos lesionaron la relación. Aunque es poco el contacto que Antonio tiene con su hijastra, mencionó sentirse satisfecho frente a lo que hizo en su rol de padre adoptivo.

Reconstituir

Unirse a una pareja que ya tiene hijos puede ser algo complejo y que implica retos, así lo advirtió Ricardo Andrés Celis Pacheco, codirector de Ser Potencial, empresa de psicoterapia y consultoría de Manizales. Dice que la reconstitución de la familia no siempre termina en una situación negativa.

"Si en el manejo de esta nueva relación hay acoplamientos, acuerdos, límites claros de los deberes y los derechos para con el hijo del otro, no tiene porqué pasar nada. Si hay un manejo sano de la autoridad y de la afectividad, todo puede ser positivo", resaltó.

Una unión en las anteriores condiciones no tiene porqué dejar secuelas psicológicas adversas. Si se hace con conciencia y claridad y explicando a los hijos los motivos del alejamiento de su progenitor (a), este no va a sentir que se le están violentando ni sus espacios ni sus derechos. Así lo subrayó Celis.

"Conozco de casos donde la mamá cambió de esposo y los niños no están traumatizados. Por el contrario, ven lo positivo del asunto. Dicen qué tan maravillosa es la nueva pareja y reconocen el afecto que reciben", contó el psicólogo.

El profesional adscrito a la Universidad de Manizales también respondió:

¿Qué consejos darle a quienes llegan a lo que se llama una familia reconstituida?

La mujer o el hombre que toma la decisión de estar con una pareja que tiene hijos debe tener en cuenta que no es cualquier relación. La complejidad es mucho mayor en comparación a un hogar inicial. Implica el asumir un rol importante frente a los hijos de su compañera(o). No puede tomarse la decisión pensando en que no va a tener que ver nada con los hijos. Ahí se va a ser un figura de ejemplo.

¿Qué alcances tiene quien llega?

Deben establecer, entre ambos, el alcance y la cercanía que se va a tener con esos hijos. Es decir, qué papel va a cumplir en la crianza, en lo económico, en lo afectivo, en lo cognitivo. Hay que definir el rol y hasta qué punto se le permite ser autoridad.

A veces pasa que se unen parejas y el hombre queda descompensado, porque la mujer no le dio ningún rol frente a los hijos. Queda en una posición pasiva, sin poder de decisión. El hombre puede llegar a tener un rol de autoridad muy sano que complemente lo que está haciendo la mamá.

¿Hay que establecer límites?

Sí y antes de consolidar la relación. Ese temor se tiene que minimizar. El problema es cuando se unen sin ningún nivel de conciencia, sin nada explícito para la vida en pareja. Los acuerdos deben ser previos.

Unidos por la crianza

El psicólogo Ricardo Andrés Celis Pacheco aconsejó sobre qué hacer en la relación padre-padrastro o madre-madrastra. "Lo ideal es que sea una relación abierta. Conozco casos donde papá y padrastro se conocen, llegan a acuerdos y están coordinados para la crianza. Esa es una situación ideal".