El reto de ser cuidador de adultos mayores

B. Eugenia Giraldo

LA PATRIA | MANIZALES

Cuidar a un enfermo en casa puede catalogarse como una tarea entre agotadora y gratificante.

Esperanza Gallego Giraldo ayuda a cuidar a su mamá, de 78 años, que sufre alzhéimer. Cuenta que le detectaron la enfermedad por accidente y se queja porque las EPS solo se ocupan de la parte física y en ningún momento evalúan el deterioro cognitivo y tampoco preguntan a los familiares en qué estado mental se encuentra el adulto mayor.

“El mismo día que mi madre me dijo que no se acordaba si había almorzado, convoqué a todos, papá y hermanos y les anuncié que nuestra mamá tenía alzhéimer”.

Al comienzo dice que trataron la enfermedad como algo normal, pero con el paso de los días empezaron a florecer situaciones conflictivas porque es una hermana la que se encargó de su cuidado. “Nosotros le pagamos, pero eso no compensa el cansancio mental y físico que sufre un cuidador, por eso entre ambas nos apropiamos de la situación, porque al comienzo mis hermanos hombres no aparecían para nada, solo preguntaban: ¿cuánto necesitan?”

Gallego Giraldo asistió, junto con su hermana, al Curso de cuidadores que desarrollaron la Universidad de Caldas y la Sociedad Colombiana de Gerontología y Geriatría el jueves en el Recinto del Pensamiento.

Dada su experiencia, Esperanza recomienda a las personas que pasan por una situación similar que se reúnan como familia, que se apoyen y que sepan que no es cuestión de dinero, sino de tiempo. “Hace poco estuvimos hermanos, papá y nietos en la U. Autónoma y aunque nos conmueve la situación, lo que buscamos es que nuestra mamá tenga una buena calidad de vida”.

LA PATRIA habló con psicólogos, geriatras y médicos que asistieron al taller para conocer cuál debe ser la tarea del cuidador, cuáles son sus dolencias y cómo la familia debe apoyar estos procesos.

En familia

La psicóloga Clara Elena Giraldo, que labora en el Instituto de Envejecimiento de la Universidad Javeriana, afirma que si el cuidador ve su labor como una carga siempre va a estar en desventaja.

¿De qué se enferman?

Casi siempre los cuidadores son mujeres entre los 45 y 60 años. Son productivas, tienen una familia, la que además debe cuidar, esto se traduce en una sobrecarga y es cuando esta labor se vuelve nociva para la salud.

Los cuidadores se enferman de ansiedad y depresión y en lo físico hay dolores articulares y de cabeza, gastritis, colon irritable, migraña, espasmos, lumbalgias y hasta hipertensión. Es decir, todo el cuerpo, porque hay una sobrecarga.

¿Quien cuida al cuidador?

Lo debe cuidar la familia, el problema es que estamos en mora de que se reconozca esta labor como un trabajo. Para que disminuya la carga hay que generar espacios de recreación.

¿El cuidado lo debe hacer solo una persona en la familia?

Debe involucrarse toda la familia y concertado con otros (asociaciones de pacientes). Debe ser con relevos, con planeación y recursos. Es fundamental que estén informados, porque un cuidador que no conoce la enfermedad se llena de angustia, miedo, ansiedad y hace cosas erradas y no tan fidedignas. Los médicos están obligados a brindar toda la información cuantas veces lo requieran los familiares.

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Saber el diagnóstico

El geriatra Juan Felipe Meneses, egresado de la Universidad de Caldas, habla sobre las enfermedades neurodegenerativas tipo alzhéimer, párkinson o cerebrovascular, que pasan por diferentes etapas.

¿Cuáles son esas señales?

Muchas personas mayores, entre 50 y 60 años, empiezan a tener síntomas como ansiedad, depresión, irritabilidad, aislamiento, que algunas veces se atribuyen al envejecimiento, pero muchos son el aviso de que está empezando una enfermedad. La gente no está preparada y cada vez las personas vivirán más y estarán más expuestas a tratar personas de 80 o 90 años.

¿Lo primero es conocer el diagnóstico?

Si un familiar en la casa tiene algunos síntomas y el cuidador desconoce que tiene alzhéimer es más difícil tratarlo, por eso es bueno conocer el diagnóstico y saber qué enfrenta. El problema es que hay un mal diagnóstico, los médicos no están preparados y las pruebas no son accesibles en muchas ciudades.

Ser compasivo

La geriatra María Lucía Zamudio, de la Fundación Sánitas que promueve el movimiento Colombia contigo ciudades compasivas, señala que hay estadísticas que indican que al menos 40 millones de personas con enfermedad avanzada en el mundo mueren sin el cuidado adecuado.

Agrega que lo que buscan es construir una red de distintos actores que se encarguen del cuidado.

El programa los divide en:

* Centros colaboradores: (entidades del Gobierno, colegios y universidades, asociaciones). Por ejemplo, al enseñarle al niño que cuidar y acompañar es importante en un futuro tendremos una sociedad comprometida con el cuidado.

* Centro beneficiarios: clínicas, hospitales, hogares geriátricos, centro de bienestar para niños que son los que detectan las necesidades del paciente.

* Agrupaciones: voluntariados, juntas de acción comunal, de manera que todos estemos pendientes de cuidar y acompañar a nuestro vecino.

Hay diferentes formas de cuidar

* Organizarse y aprovechar las habilidades de cada uno.

* El cuidado asistencial es el más pesado.

* Hacer todos los trámites de EPS y seguros.

* Aportar económicamente.

* Apoyar al cuidador y relevarlo, establecer un horario.

Experiencia

Gloria Inés Gallego Giraldo, barrio La Argentina

Mi experiencia al comienzo era agradable y satisfactoria, pero a medida que la enfermedad de mi mamá avanzaba sentí que fallaba, no solo con su cuidado, sino conmigo. Me volví irritable hasta con mi mamá y mis hermanos, lo que antes no sucedía, siento que no tengo el descanso suficiente a pesar de todos me colaboran. Por eso asisto a estas terapias para buscar apoyo.

Andrés Hoyos, barrio San Joaquín

Ha sido enriquecedora y traumática. Porque el manejo es muy difícil, sobre todo, cuando no se tiene la capacidad ni el conocimiento, por eso es esencial capacitarse y buscar apoyo. Como cuidador sufro de estrés y a veces se me cierran todas las posibilidades. La mayoría del tiempo hay reacciones del paciente a las que no le encuentro salidas o respuesta. Llevo como cuidador de mi mamá alrededor de 8 a 10 años y cada vez la enfermedad se ha ido intensificando.