COLPRENSA | LA PATRIA | BOGOTÁ
¿Qué es una droga sintética? Esa es la pregunta que muchos colombianos se deben estar haciendo ahora que el país debate la posibilidad de que se establezca cuál sería la dosis mínima para portar estas sustancias sin que ello conlleve consecuencias penales, tal y como anunció la semana pasada la ministra de justicia Ruth Stella Correa por un fallo de la Corte Constitucional que indica que el consumo de esa cantidad ya está despenalizado.
Según Correa, el debate trata de entender que Colombia es un país consumidor y de asumir este hecho como un problema de salud pública tal, como sucedió en el pasado con la dosis mínima de marihuana y cocaína. Además, la norma actual no establece cuál es la sustancia mínima en materia de drogas sintéticas, por lo que ahora será Medicina Legal la que determine cuánto es esa cantidad.
El médico toxicólogo Camilo Uribe, en diálogo con Colprensa, explicó que una droga sintética “es la producida en el laboratorio, que no requiere del cultivo de una planta y se produce a partir de precursores químicos”. También se le conoce como droga de diseño, y puede ser legal o ilegal. Lo que el Gobierno trata de hacer es actualizar el Estatuto de Estupefacientes, Ley 30 de 1986, que no contemplaba las sustancias ilegales sintéticas, como los derivados de la anfetamina.
Entre este tipo de drogas se encuentran el éxtasis, las metanfetaminas y ácidos que se venden en las calles del país. Uribe aclara que existen otras sustancias sintéticas que son legales, pero que suelen ser utilizadas como drogas de abuso por los consumidores, entre ellos los medicamentos psiquiátricos o para el dolor como la morfina y sus derivados, que están reglamentados y tienen un control especial. También está la ketamina.
Sin efectos benéficos
Cabe señalar que estas sustancias, hoy prohibidas en grandes cantidades, pues la Corte Constitucional ampara el porte de la dosis personal, fueron en algún momento medicamentos como las anfetaminas que se utilizaban para reducción de peso. Entre esas drogas también está una conocida como “2CB”. Según reveló la Policía Nacional, la sustancia se consigue de forma exclusiva y que es costosa, viene en pastillas, cápsulas o en polvo de diferentes colores. Sus efectos son parecidos a los del éxtasis y el ácido porque amplifican los sonidos y la percepción de los colores.
Científicamente, estas sustancias no tienen efectos benéficos. Su uso es netamente recreativo. Sus efectos a largo plazo, así no se consuman a diario, son adversos. Desencadenan lesiones importantes en el sistema nervioso central, principalmente pequeños infartos en la parte posterior del cerebro que causan complicaciones en el movimiento, como el vértigo, comportamientos psicóticos, daños respiratorios y cardiovasculares, siendo causa frecuente de muerte súbita.
La tarea que tiene ahora el Gobierno, para diferenciar al consumidor del traficante de drogas, es definir cuál sería la cantidad mínima de consumo de las sustancias sintéticas ilegales. Uribe estima que sería una dosis inferior a 2 miligramos (mg.) en el caso del éxtasis, y entre 1 mg. y 1,5 mg. en el de la metanfetamina.
Sin embargo, para el también médico toxicólogo y profesor de la Universidad Nacional Jairo Alonso Téllez Mosquera, es imposible su "control y la fijación de una dosis mínima, teniendo en cuenta las múltiples posibilidades de producción de diferentes drogas mediante la manipulación en el laboratorio de las moléculas madre". Su manipulación permite mejorar la concentración de sus componentes y potenciar sus efectos para satisfacer la demanda de los consumidores. De ahí que sean tan peligrosas y un fenómeno muy difícil de vigilar.
En la CAN
Durante los últimos años, la Comunidad Andina de Naciones (CAN) ha trabajado en comprender el fenómeno de las drogas sintéticas que se consumen en la región. Lo que más preocupa a los expertos es la posibilidad que tienen estas drogas de ser adulteradas.
Según un informe de la CAN, el análisis de la composición de estas drogas ha demostrado que en muchos casos contienen herbicidas, analgésicos, laxantes, antihistamínicos, cafeína, viagra e incluso anestésicos de uso veterinario.
Si adulterarlas es fácil, conseguirlas lo es mucho más. La percepción sobre lo fácil que sería conseguir éxtasis es variable entre los países. Mientras que el 11 % de los estudiantes de Bolivia piensa que les sería fácil conseguir esta droga, 29 % manifiesta lo mismo en Colombia, 21 % en Perú y 15 % en Ecuador.
En cuanto al consumo, alrededor de 1,6 % de los estudiantes de Bolivia, Ecuador y Perú declaran haberlas usado alguna vez en la vida, porcentaje que llega a 4,6 % entre los estudiantes de Colombia.
El dato
Las drogas sintéticas más consumidas en Colombia son “éxtasis, ketamina (utilizado en anestesia), popper (nitrito inhalable) y diclorometano (solvente orgánico conocido como dick o ladies de amplio uso en población escolar)”.
De la mano de la prevención
Distintos médicos consultados por Colprensa se mostraron de acuerdo con la iniciativa gubernamental en el sentido de reconocer al consumidor como una persona que requiere ayuda clínica y no como quien debe ser enviado a la cárcel.
“Lo claro es que no es un delincuente sino un enfermo y cuando se despenalice tiene que ser regulada al servicio sanitario, donde hay posibilidad de recuperación y no en el sistema penitenciario”, señaló el psiquiatra Rodrigo Córdoba. En su criterio no hay posibilidad de saber con certeza si el conocimiento público de que el consumo mínimo de estas sustancias no está penalizado, genere aumento en el consumo. Por eso la iniciativa del Minjustica debe ir acompañada de campañas sanitarias ya que otro probable efecto del consumo de drogas sintéticas, junto con el del alcohol, son los trastornos psicóticos y enfermedades mentales.
Por su parte, el director de la Corporación Nuevos Rumbos, Augusto Pérez, señaló que en países de Europa hay personas presas por traficar sustancias, mas no por consumir. "No tengo ni siquiera una expectativa de que llegará a haber un aumento del consumo”, agregó. Por eso será vital la labor que haga el resto de la sociedad. “Habrá un ajuste de la sociedad y es que tener una pequeña cantidad no es delito, si los adultos hacemos nada sí existe la posibilidad de que se incremente el consumo”, concluyó Pérez.
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El consumo de drogas sintéticas tiene, a mediano y largo plazo, consecuencias negativas en la salud.
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Camilo Uribe, médico toxicólogo.
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