Con Caperucita previenen el abuso sexual

Julián García

LA PATRIA | CHINCHINÁ

Caperucita se salió por un momento de los libros de cuentos y acompañó las historias que narraron en el VIII Congreso Departamental de Escuela de Padres Prevención del abuso sexual infantil, otro cuento con Caperucita.

La actividad se desarrolló el miércoles pasado en el I.E. Santa Teresita de Chinchiná.

El grupo de teatro Thich comenzó la jornada con el dramatizado Nunca confíes y narró cómo una niña (Caperucita) fue abusada sexualmente por un hombre adulto.

Respeto y dignidad

Norbelly Olalla Herrera, docente y coordinadora del proyecto Escuela de Padres del Santa Teresita, que agrupa a 80 padres de familia, expuso que el objetivo es sensibilizar a la población para prevenir el abuso sexual. “Somos tímidos cuando hablamos de sexo, no sabemos abordar bien el tema. Hay que inculcar respeto y dignidad”, apuntó.

Mi pudor a la inocencia fue la primera ponencia a cargo del docente de la Universidad de Caldas Ómar García, quien con imágenes comparó cómo era la sexualidad entre los siglos XV y XVIII. “En esas épocas no existía el decoro sexual, los niños eran exhibidos desnudos. Se comenzaba la vida sexual hacia los 14 años”, recordó.

Luz Marina Olalla aprovechó la conferencia para contar que a su hija adolescente le inculca valores y respeto. “En mi época el sexo era considerado un tabú y ahora hay libertad. Las redes sociales influyen mucho en el comportamiento sexual”, consideró.

Vivencia

La ponencia de la tarde corrió por cuenta de la psicóloga Luz Ensueño Agudelo, quien abordó la prevención sobre el abuso sexual infantil. Comenzó haciendo una dinámica en la que invitó a los asistentes a imaginarse cómo era la casa de sus sueños, luego relató apartes de su historia de vida.

Contó que fue abusada sexualmente entre los 2 y 11 años. “Mi primera relación sexual consentida fue a los 32 años y la sentí como otra violación. Mi papá murió sin saber que era abusada y mi mamá se enteró cuando asistió a una de mis conferencias en el Risaralda. Las dos hablamos, lloramos y me confesó que también había sido abusada”.

Luz Ensueño recordó que cuando pequeña se escondía debajo de una mesa. “Allí dormía y comía, mis padres no entendían el porqué de mi comportamiento. Éramos nueve hermanos y me daba miedo hablarles y compartir con ellos”.

Relató que cuando salía de la escuela corría a la casa a esconderse debajo de las cobijas, mientras las otros niñas de su edad jugaban con muñecas. “En el colegio era retraída y me sentaba en un rincón, sufrí de anorexia, me autoinfringía dolor hasta sangrar”.

La psicóloga reconoció que varias veces tuvo problemas con sus compañeros de trabajo y de la universidad. “Me decían zalamera, orgullosa, pero en realidad tenía miedo a que la gente se arrimara y me juzgara”.

Pero lo peor es que sentía culpa y vergüenza, lo que la impulsaba a maltratar a sus parejas. “No les permitía que me cogieran la mano o que me dieran un beso”.

Por fortuna, toda eso quedó atrás. Se casó y ahora vela porque los dos hijos de su pareja no pasen por lo mismo.

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La Escuela de Padres del Santa Teresita se reúne una vez al mes a hablar sobre prevención a la drogadicción, crecimiento personal, alcoholismo y la cotidianidad del ambiente escolar.

Las ponencias

* De mi pudor a la inocencia: Ómar García.

* Prevención frente al abuso sexual infantil: Luz Ensueño Agudelo.

* ¿Qué es el abuso sexual? y cómo vivirlo: Juan Carlos Torres.

* Violencia sexual y la Ley: Catalina Hurtado.

* Jhoswa Ríos

Debo respetar mi cuerpo y no permitir que otra persona se acerque a hacerme daño.

* Jhuly Tatiana Hurtado

No hay que dejar solos a los niños. También hay que hablarles de sexo y de cuidados.

* Ramón Elías Arias

Hay que acompañar a los niños para que no los abusen. Antes era pecado hablar de sexo.

* Diana Sierra

Hay que estar pendiente de los jóvenes y darles confianza.

Fotos | Julián García | LA PATRIA

Asistentes al VIII Congreso Departamental de Escuela de Padres de la I.E. Santa Teresita de Chinchiná.