La población universitaria en Colombia es la de mayores índices de problemas asociados al consumo de alcohol, en términos de beber y conducir, sexo casual sin protección, uso combinado de otras sustancias, consumo en el espacio público, riñas, accidentes, abuso sexual e intoxicaciones, según Carlos Arturo Carvajal, coordinador de la Estrategia nacional de prevención y reducción del consumo problemático de alcohol.
"Es importante entender que el problema del alcohol no es solo de dependencia, pues hay inconvenientes más graves con consecuencias fatales en jóvenes que solo consumen una sola vez a la semana o de vez en cuando, pero que cuando toman lo hacen en exceso e incurren en conductas de riesgo y de exposición al peligro", explicó Carvajal, que capacita esta semana a profesionales de las dependencias de bienestar universitario de los centros de educación superior de Manizales, para que cumplan tareas de orientación, consejería y apoyo psicológico con los estudiantes.
En Colombia, cerca de siete millones de personas entre 12 y 65 años son consumidoras de alcohol, lo que equivale al 35% de la población en ese rango de edad. La cifra más alta se registra entre los jóvenes de 18 a 24 años, con 84 mil personas, equivalentes al 2,4% de la población total en esa franja.
Según Carvajal, el problema hay que verlo y las universidades tienen que asumirlo, pues no lo hacen por temor a que se genere un estigma o una sensación de que en las instituciones hay mucho borracho. También porque existe el mito de que los problemas de consumo requieran tratamientos prolongados en instituciones especializadas, a pesar de que la Organización Mundial de la Salud indica que las intervenciones tempranas y de corta duración pueden ser efectivas para modificar patrones de conducta con respecto al alcohol.
Los tragos locales
Los niveles de consumo de licor en el Eje Cafetero, junto con Antioquia, tienden a ser mayores que el promedio nacional y eso lo confirma un estudio que realizó en el 2007 la Secretaría de Salud de Manizales, que evidenció que 5 de cada 10 estudiantes de 14 a 18 años consumen licor de forma habitual, por ejemplo, cada dos meses. También mostró que 88 de cada 100 jóvenes han consumido alguna vez alcohol.
Gloria Inés Saldarriaga, coordinadora del Programa de salud mental de la Dirección Territorial de Salud de Caldas, aseguró que en Manizales se empieza a beber entre los 12 y 15 años, y cuando los jóvenes llegan a la universidad el consumo se potencia porque se sienten libres.
"En la ciudad se tiene la percepción de que por ser una droga legal cualquiera la puede consumir; si ven a una persona fumando marihuana la estigmatizan, pero si la ven borracha, no. Además el alcohol termina siendo un requisito para ingresar a una fiesta y socializar con los compañeros de clase", comentó Saldarriaga.
Diana Perea, coordinadora de la Unidad de Bienestar de la Universidad Autónoma, expresó que en la institución no cuentan con estadísticas de consumo de alcohol, pero aceptó que es alto porque es una manera de conocerse con los demás estudiantes. "Van a las consultas cuando ya la embarran con los compañeros. Con el taller estamos abiertos a trabajar en las universidades una nueva propuesta, que es el saber beber, saber vivir, ya no tanto no consumir, sino saberlo hacer y darles herramientas a los muchachos. Desde las jornadas universitarias los guiamos más en actividades culturales y deportivas y no incentivamos la rumba ni el licor", aseveró Perea.
Angélica María González Martínez, coordinadora de Psicología de la IPS Universitaria de la Universidad de Caldas, contó que el consumo de licor es alto en los primeros semestres porque son estudiantes que tienen un cerebro inmaduro y con el licor se desinhiben, pero no tienen un buen autocontrol; los que más se ven afectados son los alumnos que llegan de otras ciudades del país.
"El 80% de las consultas son por decepción amorosa, porque no saben manejar una tusa, entonces se refugian en el licor. Esto ocasiona bajo rendimiento académico y hasta pueden llegar a niveles de suicidio", indicó González Martínez, quien agregó que el promedio de consultas es igual entre mujeres y hombres.
Jhoana Marulanda, psicóloga de Bienestar Universitario de la Universidad Nacional, comentó que tampoco tiene estadísticas de abuso de licor, pero que, por ser Manizales una ciudad universitaria, es evidente que hay alto consumo asociado a la necesidad de los jóvenes de aumentar la autoestima, interactuar con el sexo opuesto y sentirse incluidos en los grupos sociales.
Cómo llegar a los estudiantes
Una forma apropiada, según Carlos Arturo Carvajal, es trabajar en conversatorios, talleres y charlas formales. "Es algo que podríamos llamar "El abecé de saber beber", o lo que todos debemos saber sobre el alcohol. Bastaría que uno compartiera con los jóvenes algunas preguntas de lo que llaman la sabiduría popular, como por ejemplo: ¿es cierto que tomar café cuando uno esta borracho ayuda a desembriagarse? Falso. Estamos en una cultura que todavía asocia problemas de alcohol con alcoholismo, cuando el consumo ocasional es responsable de muchos más hechos lamentables, como accidentes de tránsito".
También llama la atención de que en Colombia los niños crecen viendo que el alcohol es parte de la canasta familiar y está presente en todas la celebraciones. Se toma alcohol para ver un partido de fútbol, porque se está triste o contento, por eso no es extraño que la cifra más alta de personas con señales de dependencia alcohólica se registre entre jóvenes de 18 a 24 años, edades en las que se da el paso de la escolaridad a la universidad, lo que implica una mayor sensación de libertad, autonomía, aunque tiende a estabilizarse a mitad de carrera por la exigencia académica, madurez y relaciones afectivas estables.
Opinan los estudiantes
¿Considera que entre los estudiantes de su universidad hay alto consumo de licor?
Universidad de Manizales
Tatiana Reyes Giraldo, Derecho
Es alto porque la mayoría lo hace todos los fines de semana.
Juanita Betancur, Psicología
Es alto porque hay quienes lo hacen todas las tardes y, algunos, los fines de semana.
Universidad Autónoma
Alexánder Giraldo, Ingeniería Electrónica
Normal, una fiesta cada ocho días para relajarse. Eso sí: solo hasta estar prendido.
Sebastián López, Ingeniería Electrónica
Es normal, las salidas a rumbear son cada 15 días y solo unos cuantos tragos.
Universidad de Caldas
Yoanna Osorio, Lenguas Modernas
Es bajo, más aún en los semestres superiores. En semestres inferiores lo hacen en exceso.
Jennifer Zapata, Biología
Es altísimo y más en algunas carreras que en otras; por ejemplo, en las de ciencias naturales hay más consumo de licor que en las ingenierías, donde son más juiciosos.
Universidad Nacional
Diego Cana, Maestría Física
Bastante alto, se volvió un vicio porque lo hacen hasta en los "huecos" que quedan en los horarios de clases, y no perdonan los fines de semana.
Andrés Bedoya, Ingeniería Química
Eso depende más de los compromisos académicos; por ejemplo, cada 15 días esta bien.
Universidad Católica
Andrés Patiño, Enfermería
La mayoría lo hace cada ocho días, así que es alto.
Camilo Lozano, Publicidad
Se acostumbraron a hacerlo cada ocho días, aunque lo normal sería cada 15.
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