Fernando-Alonso Ramírez
LA PATRIA|Manizales
La suerte está echada para las coaliciones. El gobernador de Caldas que se elija hoy puede dar el golpe de gracia a la cuarentona coalición yepobarquista (A). Si no, esta vieja conocida recibirá el oxígeno que necesita para poderse mantener con el poder y permitirle una mejor posición de cara a las elecciones de Congreso del próximo año.
Las buenas intenciones de un candidato de consenso, como lo proponían hace un año dirigentes políticos como Ómar Yepes y Óscar Iván Zuluaga, hicieron agua, cuando desde la coalición conformada por la línea conservadora del senador Luis Emilio Sierra y desde el Partido de la U vieron que era una oportunidad única de derrotar la fuerza de su archirrival.
Atrás quedaron los tiempos en los que la conquista de alcaldías como Pensilvania o La Dorada, un par de concejales en Manizales o, en el mejor de los casos, alcanzar cinco escaños en la Asamblea en la era de los llamados quíntuples, era toda una hazaña para los políticos que entonces se llamaban independientes y que luego se agruparon como otra coalición, la B.
Ahora las cargas parecen parejas y se pesan voto a voto. El viejo combate entre el poder y la minoría es ahora una guerra de maquinarias bien aceitadas y con métodos de trabajo parecidos, probados con suficiencia. Como buenos políticos, aplican a pie juntillas a Maquiavelo: “el fin justifica los medios”.
Esta situación permite pensar que la octava elección popular para gobernador de Caldas puede ser la vencida para el sierrismo y la U, ahora acompañados de Cambio Radical y de algunos liberales rebelados y sancionados por su Partido, así como por otras minorías. Esto no implica que ya la tengan ganada, pues al otro lado está un viejo zorro, que ha sabido mantenerse en el poder en Caldas por casi 40 años y no lo ha logrado precisamente por ser un movimiento que se rinda fácil. Para la muestra un botón: se quedó recientemente con el luchado encargo ante la salida de Guido Echeverri.
La coalición barcoyepista es experta en eso que llaman mecánica electoral. Hoy tendrá que hacer uso mayúsculo de ese conocimiento para no quedarse sin el pan –la Gobernación- y sin el queso –la Alcaldía de Manizales -que no prueba desde 1997-.
La constante en las elecciones atípicas ha sido la abstención por tasas superiores al 70 por ciento, y seguramente en Caldas esto no será la excepción. Los analistas consideran que como nunca antes se impondrá el voto de las maquinarias. El asunto es saber si habrá tarjetones de opinión y a quién favorecerán para hacer la diferencia o cuál se queda sin los votos suficientes porque se enreden en medio del paro agrario, en las Pruebas Saber, la lluvia (si la hay) o prefieren ver el partido del Once Caldas, que votar antes del cierre.
Alternativas como el voto en blanco o la tercería que ofrece Eugenio Marulanda no se ven lo suficientemente fuertes y es posible que se concentren sus electores en la subregión Centro-sur, principalmente en Manizales, pues históricamente estas corrientes tienen difícil acogida en los demás municipios.
La abstención más alta para Gobernación de Caldas (57,74%) ocurrió justamente en la primera oportunidad que se eligió gobernador por voto popular, en 1991, cuando se enfrentaron Pilar Villegas de Hoyos, madre del hoy gobernador designado, Juan Martín Hoyos Villegas, y Adriana Gutiérrez, prima del hoy candidato Julián Gutiérrez.
12 mil votos en Manizales le sacó Adriana a Pilar, pero en el total departamental se impuso esta por más de 15 mil votos, gracias a la maquinaria de los municipios. En esa oportunidad, Luis Guillermo Giraldo se apartó de sus socios habituales, como ya lo había hecho en 1988 para alcalde de Manizales, pero luego volvió a la comodidad de la burocracia.
Desde entonces, las cosas han cambiado mucho. No se puede olvidar que en las elecciones del 2011, Gabriel Vallejo (apoyado por la U y el sierrismo) ganó en 13 municipios de Caldas y Guido, en 14, lo que definió la elección en el más estrecho margen presentado entre ambas fuerzas, desde las confrontaciones tenidas por el gobierno del departamento: 7.953 votos.
Desde 1991, cuando se instituyó la elección popular de gobernadores, ha ganado estas elecciones siempre un candidato de la coalición Barcoyepista, aunque tras la muerte de Barco y el encarcelamiento de Ferney Tapasco, hoy asume Adriana Franco la sociedad con el benjamín de la familia Yepes Alzate, Arturo, quien se quedó esperando la oportunidad de llegar al Senado en el 2010.
Ha cambiado tanto la situación que en las últimas tres elecciones la coalición A siempre usó como caballito de batalla que su rival importaba candidatos para Gobernación: Marco Aurelio Giraldo, Francisco Cruz, Gabriel Vallejo. En esta oportunidad fue la coalición A la que lo importó: Augusto León Restrepo lleva 23 años viviendo fuera de Caldas.
El voto popular ha llevado a la Gobernación después de Pilar Villegas a Ricardo Zapata (también yepista), Tony Jozame y Luis Alfonso Arias (con el aval liberal), Emilio Echeverri (en una decisión atípica del sierrismo que hizo coalición con Barco y Yepes) y Mario Aristizábal y Guido Echeverri (liberales).
Antes de esto, los gobernadores eran elegidos por decreto. "Todos los gobernadores de Caldas nombrados por el Presidente de la República entre las décadas de los años 70 y 80 gozaron del beneplácito de esta coalición, que algunos consideran que le dio estabilidad y gobernabilidad al departamento, mientras que para otros representa exclusión y corrupción", advierte la comunicadora y abogada Adriana Villegas en la tesis de grado de su especialización en la Universidad Javeriana, titulada Análisis del comportamiento electoral de Caldas.
La coalición yepofranquista -antes yepobarquista-, en un buen tiempo acompañada del luisguillermismo y en el caso puntual del 2003 del sierrismo, mantiene el poder en Caldas desde 1972, como coalición formal desde 1980.
El asunto de que el elegido en el 2011 esté hoy con la oposición hace recordar el caso Germán Cardona Gutiérrez. Este ingeniero, que ocupó la Gobernación de Caldas un año, de 1989 a 1990, fue candidato de Giraldo, Yepes y Barco para la Alcaldía de Manizales en 1991, pero una vez en el poder se aleja de sus electores y se arropa de los empresarios de la ciudad.
La siguiente elección fue ganada de nuevo por ese grupo con Mauricio Arias Arango, quien sigue el rumbo de Cardona, al dar un paso al costado de sus electores. En 1997 viene la elección histórica de Jorge Enrique Rojas, que puso término al mandato de esta alianza, pues al renunciar el galeno, tras ser detenido por orden judicial, se obligó a una elección atípica. Mientras esta se dio, despachó como encargado Carlos Parra, quien le entregó a Cardona Gutiérrez, que llegó respaldado por un amplio sector del empresariado, por el sierrismo y por el grupo de Luis Alfonso Hoyos y Óscar Iván Zuluaga. En esa oportunidad su rival fue nada menos que Arturo Yepes.
Desde ese momento, la coalición A no recuperó la Alcaldía hasta ahora, siempre en manos de la B, aunque estuvo a 535 votos de lograrlo, en la elección de Luis Roberto Rivas, que se enfrentó a Fernando Gómez Chica, en unas votaciones también atípicas en mayo del 2005.
Si las elecciones de hoy las definen las maquinarias, como se ha anotado, al parecer la balanza se inclina en favor de Gutiérrez. Lo acompañan tres senadores (Jaime Alonso Zuluaga, Mauricio Lizcano y Luis Emilio Sierra) y cuatro representantes a la Cámara (Hernán Penagos, que la preside, Jairo Quintero, Juana Carolina Londoño y Carlos Uriel Naranjo). A Restrepo lo acompañan la congresista Adriana Franco y la Dirección Nacional del Partido Liberal, aunque aquí varios liberales de toda la vida armaron toldo aparte y se fueron con el otro candidato. Ni la suspensión les valió.
Además, el Director Nacional del Partido Conservador, Ómar Yepes Alzate, es el impulsor de esa candidatura, pues desde hace rato Restrepo es declarado seguidor de esa casa política.
Los votos de Cambio Radical se dividieron, pero es evidente que la mayoría está con la coalición B, incluida la fuerza de La Dorada, Alcaldía que está en sus manos y en donde casi todo el Concejo municipal y las fuerzas que acompañaron al actual alcalde, Erwin Arias, y a Guido, apoyan a Gutiérrez.
El papel de Guido, inhabilitado gobernador elegido hace 22 meses por la coalición A, hoy en la coalición B puede ser determinante, por su prestigio y con la burocracia, poca, pero que aún mantiene en la Gobernación, Licorera e Inficaldas.
En diputados, con Julián Gutiérrez están 8 de 14, así como 15 municipios seguros, en donde hoy ostentan el poder alcaldes afectos a quienes lo acompañan, es decir maquinarias. Allí están cuatro municipios de la región centro-sur: Manizales, Villamaría, Chinchiná y Palestina, los cuales sumados a La Dorada, llegan al 57% del potencial electoral total en Caldas.
El asunto estará en las matemáticas. A cuánto ascenderá la diferencia en los ocho municipios que es casi seguro ganará Augusto León Restrepo: San José, Anserma, Riosucio, Filadelfia, Supía, Marmato, Neira y Manzanares, cuyo potencial electoral equivale a poco menos del 20 por ciento del departamento, pero en donde en las pasadas elecciones la diferencia en favor de Guido fue de casi 17 mil votos frente a Vallejo. De este gap se destaca la ventaja de 5.000 en Riosucio en donde en esta oportunidad la campaña de Restrepo prometió a los indígenas la creación de una secretaría de asuntos étnicos. En cuatro municipios más, las cosas están inciertas y pueden resolverse a favor de cualquiera de los dos.
Como el tema se gana en las urnas, la confianza de miembros de la coalición B de que en esta oportunidad darán un golpe de gracia al yepismo y dejarán muy mal herido al barquismo, mutado en franquismo, no deja de ser un pensamiento muy optimista, pues estas agrupaciones se han levantado en otros momentos difíciles. No se puede olvidar que Yepes es presidente del Directorio Nacional Conservador y tiene un grupo de fieles que lo sigue para donde él diga, una votación nada despreciable y dispuesta a trabajar por esa causa durante mucho rato.
El yepismo no alcanzó escaño en el Senado de la República en el 2010 y el representante a la Cámara Jorge Hernán Mesa perdió su curul, pues fue detenido por una orden judicial al ser investigado por un hecho ocurrido cuando fue gerente de la Caja de la Vivienda Popular en la Alcaldía de Néstor Eugenio Ramírez -que gobernó por la Coalición B-. A este lo remplazó Carlos Uriel Naranjo, sierrista pura sangre.
Si este vaticinio se da quedaría muy mal parado en su partido, en donde tiene pendientes duras batallas como la elección de un candidato propio para las presidenciales o aliarse con el expresidente Álvaro Uribe, lo que resultaría muy paradójico. Cuando por fin se daría el triunfo del sueño nacido en Pensilvania a mediados de los 80 de derrotar a la coalición barcoyepista, ahora se unirían contra Santos el yepismo y el llamado zuluaguismo, si es que esto existe, pero en política, todo es posible.
A eso de las 5:00 de la tarde se sabrá si realmente el impulso le alcanzó a la coalición B o, como ha sido la historia en 22 años electorales, si vuelve a quedarse solo en una nueva ilusión.
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