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El proyecto de construcción de la Línea 3 del cable aéreo, iniciativa estrella de la administración del alcalde Carlos Mario Marín, difícilmente se convertirá en realidad antes de que el actual alcalde de Manizales deje su cargo. Aunque el gerente de Ideas Más, Mauricio Rivera Giraldo, asegura que se mantiene el cronograma que señala a diciembre de este año como la fecha en la que sería terminado el proyecto, la realidad es que el ritmo con el que se viene avanzando deja muchas dudas acerca de la viabilidad de que ello ocurra.
La incertidumbre, en la que coinciden varios gremios de la región y conocedores de este tipo de proyectos, se basa en problemas de diseño y el dilatado proceso de gestión predial que se tendría ahora, al cambiarse la ubicación de la estación 4 de esta línea del cable. Tienen razón quienes señalan que construir la estación en el sector del CAI de El Cable podría causar problemas en la movilidad, por la estrechez del lugar y el innegable incremento que se tendría de vehículos que tendrían como origen y destino esa estación.
Ahora bien, estas observaciones parecen haber sido escuchadas por la gerencia del proyecto, por lo que la estación 4 sería construida al frente, donde se ubica hoy la sede de Tigo, en un área más amplia y con la posibilidad de mejorar los diseños para evitar que se causen congestiones en ese lugar, pero conociendo la velocidad con la que la actual Administración municipal realiza la gestión predial de sus proyectos, la posibilidad de que los cronogramas se cumplan no es clara y los retrasos, con los respectivos sobrecostos, son un riesgo real.
Por esto mismo, también resulta incierto que los $140 mil 10 millones 643 mil 78, establecidos en el contrato, alcancen para cubrir los costos totales del proyecto si se siguen retrasando las decisiones con respecto a los diseños y consecución de predios. Además, los problemas no son solo con la estación 4, sino con algunas de las pilonas necesarias en Fátima y la Esap. Si bien con la U. de Caldas ya hay acuerdo para la construcción de una estación en ese lugar, aún falta definir asuntos técnicos.
No puede perderse de vista que también se tendrán que hacer cambios significativos en las redes de servicios públicos en esa zona y que eso, además de requerir inversiones, significará destinar tiempos adicionales que impedirían avanzar a la velocidad que se requiere para tener listo el proyecto a finales de este año. Una inversión tan ambiciosa y que generarátantos traumatismos en el tránsito en un lugar de tanta dinámica en la ciudad, requiere de una planeación muy rigurosa, y eso no se está percibiendo en la medida en que se debería.


La gerencia del proyecto debe mostrar la disposición de escuchar las observaciones fundadas que se están haciendo, y trabajar para garantizar que la ejecución de una iniciativa tan importante se cumpla de la mejor manera. Así mismo, la Administración municipal debe concentrarse en sacar adelante los proyectos que ya están en camino, y no arrancar nuevas aventuras inciertas que podrían llevar a la ciudad a un desorden mayor.