Seis goles le han anotado al Once Caldas en los últimos dos partidos, en los que ha mostrado una nueva disposición de ataque, pero también enormes debilidades en la defensa. Para el debutante técnico Diego Corredor no ha sido una actuación afortunada, ya que no ha logrado conocer la victoria. El equipo se hunde en el fondo de la tabla, con apenas 5 puntos durante este semestre, en el que ya se han disputado 30 puntos. Es un balance oscuro cuando el Atlético Nacional, que comanda el torneo, tiene 25 puntos. Los estadísticos hablan de la peor campaña del onceno manizaleño en su historia.
En el reciente encuentro con el Medellín la hinchada alcanzó a ilusionarse al ver cómo se iba ganador en el primer tiempo, pero el equipo antioqueño urgido de triunfo salió arrollador en el segundo y el Once Caldas sucumbió sin remedio, con una derrota 3-1. Son ya 9 fechas sin ganar, las primeras seis bajo la dirección técnica de Eduardo Lara. El rendimiento global es apenas del 16%, una verdadera vergüenza para un equipo que comenzó este siglo entre los mejores de Colombia, y que fue campeón de la Copa Libertadores de América en el 2004.
El próximo viernes está previsto que el equipo de Corredor juegue en el Palogrande frente a Alianza Petrolera. Si la victoria se mantiene esquiva, la suerte del Once Caldas estará tocando un fondo muy complicado, una sin salida que lo aproximará demasiado al riesgo de ir al descenso. Ojalá que el camino empiece a corregirse y que pueda terminar el año de manera digna, así ya no sea posible disputar las instancias finales del campeonato.
Esta pobrísima presentación no es cosa nueva, si hacemos honor a la verdad y la justicia. El primer semestre fue también bastante deslucido, con un rendimiento del 27%, como también lo fue el accidentado campeonato del 2020. Desde 1988 no se tenía un momento tan lamentable, aunque en la actualidad hay una reincidencia enfermiza en los malos resultados, que son cada vez peores. La hinchada sufre un descontento y una resignación sin antecedentes en la ciudad. Toda la década pasada fue perdida, y los actuales dirigentes (que completan más de 9 años) no hallan la salida.
De hecho, en los últimos 17 campeonatos suma 10 eliminaciones (cinco consecutivas), con una permanente rotación de técnicos y jugadores acostumbrados al fracaso. Como ya lo habíamos dicho en un editorial anterior, eso demuestra que no hay procesos, hay demasiada improvisación y parece haber solo una preocupación por madurar algunos jugadores y ofrecerlos a equipos extranjeros para obtener ganancias económicas. Los resultados deportivos del equipo no parecen ser la prioridad, y pese a las advertencias no se toman correctivos concretos.
La deuda con los seguidores del Blanco es enorme, y no parece haber voluntad de pagarla. Contrario al respeto que debería tenerse con el hincha, se le da la espalda y no se trabaja para conformar un equipo competitivo. Sin seguidores, el Once Caldas no será nada, y eso parece no entenderlo quienes toman las decisiones. Ojalá en algún momento reaccionen y logren corregir todo lo que vienen haciendo mal desde hace tanto tiempo. Se necesitan nuevas ideas que logren crear una nueva y mejor realidad.
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