La escena se repite en varios lugares de Colombia: los lugares dispuestos para la vacunación contra la covid-19 se observan vacíos, a la espera de personas de grupos de edad determinados. Tal realidad debe llevar a una decisión audaz que garantice un avance más rápido en la lucha contra la pandemia. Si bien el Plan Nacional de Vacunación avanza a buen ritmo, las restricciones que se han establecido se están volviendo en contra del objetivo de lograr que 35,2 millones de colombianos estén inoculados al finalizar el 2021. De hecho, hasta el momento solo el 20% de la población tiene el esquema completo; hay que acelerar más.
Ahora bien, no solo se necesita la eliminación de las restricciones y avanzar hacia la vacunación de todo aquel que quiera acceder al biológico, sin límites de edad, sino que el Gobierno debe garantizar la disponibilidad de las dosis necesarias en todos los casos. Resulta paradójico que el ministro de Salud, Fernando Ruiz, diga que los mayores de 30 años pueden vacunarse, y que en la práctica eso no sea posible porque no se cuenta con suficientes vacunas para cumplir.
Hay que analizar muy bien lo que está pasando, y tomar de manera rápida las decisiones pertinentes. Es contradictorio que mientras en algunas regiones se genera desmotivación en la gente que acude a buscar la vacuna y la devuelven, como ocurre en Manizales y Caldas, en otras regiones estén guardadas en congeladores 5 millones de los biológicos sin aplicarse. Se necesita que fluya la estrategia con mayor eficiencia y que los mensajes enviados se concreten.
Por ejemplo, si nos atenemos a la directiva ministerial según la cual en todos los municipios con menos de 100 mil habitantes puede ir a vacunarse desde ya todo el que quiera, en el caso de Caldas los 26 municipios distintos a Manizales podrían avanzar en ese sentido, sin restricciones, pero la pregunta es si se cuenta con todas las dosis para atender una posible demanda mayor del biológico, sin que eso implique aglomeraciones. Lo cierto es que se necesita que los sitios de vacunación sigan llenos y que cada vez haya más colombianos protegidos biológicamente.
Hasta el momento se ha manejado el concepto de gradualidad, pero hay que analizar hasta qué punto eso garantiza eficiencia en la lucha contra la pandemia. Al mismo tiempo, debe revisarse si además de la pedagogía para que las personas acudan a vacunarse, sería viable establecer condicionamientos como lo vienen haciendo algunos países en Europa, en los que se exige estar vacunados para poder acceder a restaurantes y bares, por ejemplo. Debe aplicarse una estrategia integral que asegure que el Plan Nacional de Vacunación no se frene.
El tercer pico de la pandemia en Colombia, el cual ya está en descenso, dejó claro que las personas que están llegando a las unidades de cuidado intensivo y quienes, infortunadamente, están muriendo a causa de la covid-19, son menores de 60 años que no estaban vacunadas. Los adultos mayores vacunados, aunque se contagien, enfrentan de mejor manera la enfermedad. Este es solo un argumento de los muchos que hay acerca de los beneficios de recibir el biológico, que ojalá pudiera llegar pronto a todos los colombianos.
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