Nadie dijo que sería fácil y quien así lo crea es porque no se ha enterado de que en Colombia los triunfos siempre vienen con sufrimiento y sacrificio. Hoy, la Selección Colombia de Fútbol tiene la última oportunidad para clasificarse al Mundial de Rusia 2018 de manera directa. Si bien el resultado del pasado jueves dejó honda tristeza en la hinchada, también es cierto que antes de arrancar el partido en Lima (Perú) ante el equipo de ese país, el combinado nacional entra a la cancha clasificado y sigue dependiendo de sí mismo.
Hoy no es día de pensar en los errores del pasado durante toda la eliminatoria ni de echar culpas. Es el momento de acompañar a un grupo de jugadores que ha demostrado con suficiencia la calidad individual y el potencial como equipo, si echan mano de su memoria futbolística. El país entero confía en este grupo y está convencido de que se trata de seres con experiencia, capaces de crecerse ante la adversidad, quienes sabrán demostrar ante un difícil rival, engrandecido por la remontada reciente y por tener la clasificación a la vuelta de la esquina, la jerarquía que ha construido Colombia a través de los años y que le ha permitido ubicarse entre los mejores seleccionados del mundo.
La ilusión de estar de nuevo en un Mundial de Fútbol, la fiesta más grande del deporte orbital, es el aliciente para creer en que es posible concretar este esfuerzo. Hoy, Colombia entera estará pegada de las pantallas para hacerle fuerza al equipo del alma, el único capaz de unir el sentimiento de todos los nacionales. Por esa razón no nos queda sino desearles la mejor de las suertes a los jugadores y pedirles a los hinchas que confíen en el combinado patrio, que si bien tuvo un mal partido el pasado jueves hoy confía en revertir ese momento para no alargar más el sueño, sino que lo podamos disfrutar de una vez.
El fútbol apela siempre a la pasión y por eso vemos cómo personas se transforman cuando juega la Selección Colombia, así no sean seguidores del fútbol profesional o de otro deporte. Además, es bien sabido que si algo tiene este juego es la oportunidad de revancha. Que si no se puede un día, al otro hay desquite. Que si hoy un equipo parece invencible llega el momento de perder su buena racha. Que si hay opción por mínima que parezca, esta sigue viva hasta el pitazo final. Nada está perdido hasta que todo esté perdido y mientras haya posibilidades hay ilusión. Por eso, la actitud que esperamos hoy de los jugadores es de entereza, de disciplina, de responsabilidad. Que jueguen como si fuera el último partido de sus vidas y los hinchas nos comprometemos a apoyarlos hasta el final.
Se puede perder o se puede ganar, que es en lo que confiamos, lo que no se puede es perder sin luchar y Colombia tiene mucho por qué hacerlo todavía. El sueño está a la vuelta de la esquina y depende de quienes saldrán a la cancha hoy que se haga realidad. Esperamos al final del día estar celebrando la clasificación. Que así sea.
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