Lo que la gerente saliente de Infimanizales, Marisol Carantón Agudelo, llama ausencia de reglas claras en los roles del gerente y de los consejeros, y la intervención específica de uno de ellos (muy cercano al alcalde, Carlos Mario Marín), que le significaron bloqueos e interferencias en su gestión, la llevaron a presentar la renuncia al cargo, en el que estará hasta el próximo 30 de septiembre. La ejecutiva, que había decidido emprender un camino de cuatro años en Manizales, pero que terminó en solo 9 meses, dejó conocer en entrevista a este diario que en Infimanizales falta establecer un código de Gobierno Corporativo que evite situaciones como la que ella debió soportar.
Es una lástima que una empresa de la importancia de Infimanizales, que tiene el manejo de proyectos estratégicos y de empresas vitales para la ciudad, esté expuesta a una situación como la denunciada por la saliente gerente, donde un miembro de su consejo directivo, que ella evita mencionar con nombre propio, pretenda asumir funciones administrativas que no le corresponden a su cargo.
Ante la salida de Carantón, el alcalde Marín tiene la gran responsabilidad de nombrar en Infi a una persona proba, idónea y con las suficientes capacidades para manejar de manera adecuada, responsable y eficiente ese instituto. Debe, además, asegurarse de que los bloqueos e interferencias anotadas por la saliente gerente no se repitan; que el nuevo gerente cuente con un Consejo directivo que no se inmiscuya en asuntos administrativos, sino que entienda que su función es la de orientar y fijar políticas, con metas financieras y de gestión muy claras.
No es un asunto de poca monta. Desde Infimanizales se tiene presencia y manejo en empresas como Aguas de Manizales, People Contact, Erum, Terminal de Transportes y Cable Aéreo, entre otras. Tanta responsabilidad requiere de un Gobierno Corporativo sólido y consistente, en el que se le puedan exigir al gerente indicadores y eficiencia, y donde los consejeros sean un apoyo, no un obstáculo. Que en el 2025 People haya triplicado sus ventas, que el macroproyecto San José despegue por fin, que la Plaza de Mercado encuentre su nuevo norte y que el sistema de cables pueda ejecutarse con éxito depende en gran medida de que haya un gerente que pueda trabajar.
El ejemplo de EMP en Antioquia, en el que una desconexión entre la administración y la junta directiva le ha costado miles de millones de pesos a la empresa, indica que es fundamental tener reglas de juego claras y definición precisa de roles, y unidad y claridad en los objetivos corporativos.
La gestión de la saliente gerente deja un camino marcado para que se recupere el orden y la rentabilidad del llamado banco de la ciudad. Los ajustes hechos con respecto a la austeridad y transferencias de Aguas de Manizales, las decisiones correctivas en el Cable Aéreo y en People Contact y el avance en la gestión predial para el macroproyecto San José. Todo ello podrá ser un buen punto de partida para los buenos resultados que se esperan en el futuro. El hecho de que a junio las utilidades de Infi lleguen a los $16 mil 976 millones, frente a los $10 mil 557 millones el año pasado evidencian que las cosas se venían haciendo de la manera correcta.
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