Donald Trump se convirtió en el cuarto presidente en la historia de los Estados Unidos al que se le formulan cargos para un juicio político (Impeachment), por haber cometido presuntos delitos de abuso de poder y obstrucción al Congreso en su investigación. Los líderes del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes, encabezados por Nancy Pelosi y Jerrold Nadler, anunciaron los cargos que el Congreso presentará en su contra. Dicha decisión es resultado de una investigación que comenzó a finales de septiembre pasado, a raíz de una denuncia anónima acerca de sus presiones al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, para enlodar a Joe Biden, quien sería su más duro contendor en las elecciones a la Presidencia.
Ante esta situación, la reacción del mandatario estadounidense ha sido burlarse del juicio, calificándolo de “light”, y en medio de su acostumbrada prepotencia asegura que se está poniendo en juego “la supervivencia de EE.UU.”. Dice, además, que solo se trata de un ataque de los demócratas en procura de poderle ganar las elecciones de noviembre del 2020, cuando el actual mandatario buscará ser reelegido por un periodo de cuatro años más, para lo cual exalta sus logros como que la economía de ese país está en su mejor momento, que se ha reducido la llegada de inmigrantes irregulares y que brinda todo su apoyo a los movimientos antiabortistas.
Se espera que esta semana queden aprobados por el Comité Judicial de la Cámara los artículos de la acusación formal, lo que implicaría que el documento pasará luego a la plenaria de ese organismo legislativo. Si se aprueba allí, el Senado (que es controlado por los republicanos) tendrá que abrir el juicio político, muy probablemente en enero, y donde se requerirían dos tercios de los votos para destituir al gobernante. Aunque es poco probable que haya un respaldo en el Senado para castigar a Trump por su conducta, quienes hoy lideran la denuncia aseguran que existen "pruebas abrumadoras de abuso de poder" del presidente, entre las cuales está la evidencia de que Trump retuvo una partida de 400 millones de dólares de ayuda militar para Ucrania, solo con la idea de obligar a ese gobierno a respaldar su versión.
La acusación de los demócratas señala que Trump usó las facultades de su cargo para obtener un beneficio personal inapropiado, pese a que ello implicara que Ucrania interviniera en las elecciones presidenciales del 2020. Frente a las votaciones del 2016 ya se había observado la posible injerencia de Rusia en esos comicios, que terminó favoreciendo a Trump, pero cuya complicidad negó el huésped de la Casa Blanca hasta lograr que dicho proceso se estancara, sin resultados concretos. Una afrenta parecida es la que Trump viene ejecutando en contra de quienes lo investigan, lo cual es interpretado por ellos como obstrucción al Congreso.
Quienes lo acusan buscan demostrar que el actual mandatario actúa como si estuviera por encima de las leyes, lo cual rompe el equilibrio democrático entre los poderes. No obstante, para los legisladores republicanos la preocupación principal parece ser la urgencia de mantener la Presidencia para su partido, y no que el mandatario se haya extralimitado, y vienen haciendo una defensa a ultranza, un verdadero acompañamiento monolítico a Trump. Sostienen que el Ejecutivo no hizo nada malo y que la única intención de los demócratas, quienes según sostienen son los que abusan del poder, es cerrar la posibilidad de que pueda tener un segundo gobierno.
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