Transformaciones en el Centro

El Centro de Manizales tiene un gran potencial para ser epicentro del turismo y el comercio, y su aprovechamiento debería ser mejor. Desde instancias como la Asociación Cívica Centro Histórico de Manizales, conformada esencialmente por ciudadanos que se esmeran por la recuperación de ese sector, vienen señalando desde hace años la urgencia de tomar medidas que le den cauce a ese potencial y se evite el deterioro en el que han caído centros urbanos de otras ciudades, situación a la que podríamos llegar si dejamos que el tiempo pase sin tomar decisiones concretas.
Los anuncios de la cadena Hoteles Estelar y de la sociedad Familia Pineda e Hijos Ltda. con respecto a no continuar administrando Las Colinas y El Escorial, respectivamente, no puede llamar a engaños. Si bien el sector ha sufrido deterioro de la seguridad en las noches, no se le pueden endilgar a esa causa lo ocurrido. El primero se venía venir desde hace años, al no encajar hoy Las Colinas con el perfil de los clientes de esa cadena de hoteles; y sobre el segundo se conoce que desde hace varios años los actuales administradores querían dejar el negocio por otros motivos.
Ahora bien, esto no quiere decir que no haya que realizar una labor más consistente en seguridad. Los propietarios de predios del Centro vienen manifestando desde febrero del 2014, cuando se celebró un Foro Ciudadano por la recuperación del Centro Histórico (48 manzanas), la necesidad de evitar que la Plaza de Bolívar y alrededores siga recibiendo el influjo de las actividades nocturnas de la Galería, y que haya un bien pensado plan de incentivos para que los dueños recuperen el esplendor de las construcciones de estilo Republicano y se fomenten actividades que exploten todo el potencial turístico y comercial del sector.
Desde ese tiempo se habla de un proyecto integral que tenga en cuenta aspectos arquitectónicos, seguridad, movilidad, arborización, cultura, turismo, aprovechamiento del espacio público, plan de incentivos y plan de iluminación. La realidad es que en el Centro también han surgido recientemente establecimientos que llaman a disfrutar de la sana vida nocturna y que los edificios de la Gobernación y la Catedral Basílica también han vivido cambios muy positivos que le dan nuevo respiro a la zona. Adicionalmente, el nuevo alumbrado público promete imprimir más atractivos.
En semanas recientes también ha crecido el interés por reflexionar en torno a la peatonalización de la Carrera 23, para incentivar que la gente haga un mejor uso de esa vía y encuentre nuevas maneras de disfrutar las compras y la cultura. De hecho, la idea es mejorar las palmeras, adoquines, fachadas, vitrinas comerciales, unificar avisos y exaltar toda la vía. Se vienen impulsando programaciones especiales y jornadas de peatonalización temporal como experimento vivo de lo que podría hacerse en el Centro para hacerlo un lugar más agradable para las familias. 
No podemos olvidar que la consultora inglesa Atkins también entregó recomendaciones que apuntan no solo a la recuperación, sino a darle una nueva vida con vivienda para universitarios y toda la infraestructura de bienes y servicios acorde con dicho enfoque. Para esto, el camino de las alianzas público-privadas entre la Administración Municipal y los propietarios de las viviendas del sector puede ser un modelo que agilice las transformaciones.

Bajo este contexto, lo que debe hacerse con la sede de Las Colinas es adecuarla para seguir siendo un hotel de alta calidad, bajo una marca que sea compatible con los usuarios que prefieran pernoctar en el corazón de la ciudad. Sobre El Escorial ya los dueños de la edificación manifestaron que se mantendrán en el negocio hotelero. Si hay un trabajo más eficiente en seguridad y se ejecuta un verdadero plan integral de recuperación del Centro, hacia el futuro lo que vendrán son buenas noticias.