Tensión por el petróleo

El ataque con drones a dos refinerías de petróleo en Arabia Saudita elevó la alerta sobre el terrorismo y sobre la posibilidad de que se incrementen de manera desproporcionada los precios de ese combustible de manera sostenida. Esto sucede justo en un momento frágil de la economía mundial. El ataque hizo que la producción de estas empresas se redujera en el 50 por ciento, lo que llevó al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, a autorizar la liberación de las reservas de su país, en busca de contrarrestar el alza automática que empezó a presentar en los precios internacionales el crudo.
Aunque el ataque se lo atribuyeron inicialmente rebeldes hutíes de Yemén, que son apoyados por Irán, de acuerdo con el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, todo indica que los yemeníes no tienen capacidad para ejecutar un atentado de estas características y apunta a Irán, con lo que sube la tensión ante el peligro que representa el gobierno de Teherán para la paz en Oriente Medio. Por supuesto que Irán niega toda actuación en este asunto, pues su situación ante la comunidad internacional y ante el Consejo de Seguridad de la ONU es delicada, por llamarla de alguna manera. Estados Unidos, con base en unas fotografías satelitales, busca demostrar que el ataque a las refinerías fue coordinado desde allí, lo que puede enrarecer la posibilidad del encuentro cara a cara entre Trump y Hasan Rohaní, en la Asamblea General de la ONU, que se preveía para finales de este mes.
Parece poco probable y la información se maneja con total sigilo, de que se puedan hacer prontas reparaciones a los daños causados en las plantas saudíes afectadas, lo que implicaría que el precio continúe al alza. Por este motivo la expectativa es general, porque, según analistas, resulta difícil que cualquier otro productor pueda compensar rápidamente esta carencia. Son 630 millones de barriles de crudo que tienen de reservas los Estados Unidos y anunciar que pueden liberarse ante la coyuntura de Arabia Saudita puede ayudar a paliar la situación actual, pero los problemas estructurales por la zozobra permanente en Oriente Medio, por la caída en la producción de Venezuela, sumado a las sanciones a este país, entre otros factores, hacen muy vulnerable el suministro de ese combustible.

A pesar de la manera en que se promueven otras energías, la realidad es que el petróleo sigue siendo un factor determinante en la economía global, tanto que el incremento en 18 por ciento de viernes a sábado, en los mercados a futuro, muestran la sensibilidad que sigue teniendo ante cualquier eventualidad. Lo que suceda con la producción mundial del combustible fósil seguirá siendo relevante por mucho tiempo. Por eso la demostración de lo vulnerable de la producción saudí, genera todo un clima de desconfianza, por las volatilidades de la geopolítica en esa zona, lo que trae riesgos para el mercado mundial. De hecho, ya algunos aprovechan para ventilar la necesidad del fracking, pero ese es otro tema.