Revisión a zonas vulnerables

El martes de la semana pasada el fuego consumió 14 viviendas del barrio Sierra Morena, de la Comuna San José, por causas que aún están por precisar. La inclinada topografía del sector, los estrechos caminos que hay entre las viviendas, el material del que están hechas y las altas temperaturas de comienzos del año fueron factores que facilitaron la expansión de las llamas y el trágico resultado de una persona muerta (Marta Elena Hurtado, de 81 años) y 92 damnificadas. El hecho de que un carro de bomberos no pueda ingresar hasta cerca del lugar de la emergencia, sino que desde la Avenida Marcelino Palacio se tengan que extender mangueras para poder llevar agua a presión hasta el lugar del incendio, es algo que necesariamente juega en contra de la posibilidad de conjurar el fuego con rapidez. 
En Manizales son numerosos los sitios a los que no es posible que accedan los vehículos de bomberos, por lo que si hay conflagraciones allí el riesgo de destrucción es mucho más alto que en lugares donde sí es posible ese acceso. No cabe duda de que hay sectores muy vulnerables en los que se tienen que tomar especiales medidas de prevención para evitar casos como el de Sierra Morena, donde los incendios han sido recurrentes; no podemos olvidar que en un caso parecido al de la semana pasada, en febrero del 2010, murieron allí dos menores de edad (Jorge Hernán y Marino Díaz, de 5 y 7 años). En el 2008 ocurrió algo similar, pero son víctimas.
En ese sentido, además de impulsar campañas con los habitantes de esos sectores para que eviten encender veladoras, usen redes de energía seguras y tomen precauciones en el uso del gas, entre otros, se verifique que existen hidrantes suficientes para reaccionar a incendios de manera pronta, y que los que estén instalados funcionen de la manera adecuada. En este sentido un trabajo coordinado de la Unidad de Gestión del Riesgo (UGR) y Aguas de Manizales es clave. Conocedores de las limitantes de los bomberos para llegar con sus mangueras a lugares retirados, debe existir un excelente sistema de hidrantes que facilite la reacción rápida.
Los riesgos para los demás municipios de Caldas son similares, tal y como se evidenció el pasado viernes, durante la reunión de los 32 comandantes de bomberos de Caldas con el secretario de Gobierno del departamento, Jhon Jairo Castaño. La falta de vehículos en municipios como Risaralda, Salamina, Norcasia y Filadelfia, el pésimo estado de algunas estaciones, falta de equipos de comunicación, pero principalmente la demora en la firma de convenios con las alcaldías en Marulanda, Samaná y Belalcázar, generan grandes preocupaciones a los miembros de ese organismo de socorro.
Esta situación debería llamar la atención de las comunidades que quedan expuestas a graves riesgos si los bomberos no cuentas con las herramientas suficientes para atender emergencias. En Villamaría esta semana, por ejemplo, un incendio forestal en el barrio San Diego no hubiera avanzado tanto, si los bomberos contaran con equipos de reacción rápida más modernos y efectivos.

Por lo pronto es necesario brindar apoyo a los damnificados y concretar soluciones reales de vivienda segura para esas 26 familias de Sierra Morena. Sin embargo, en esto hay que ser más ambiciosos, porque la cantidad de casas en alto riesgo que hay en Manizales es bastante elevada, se calcula en unas 5 mil. Los riesgos no solo son por incendio, sino principalmente por posibles deslizamientos de tierra en época de lluvias; en todos los casos hay que ir dando alternativas de mejor vivienda. En ello ayudaría mucho que el macroproyecto San José se activara, por fin, y que se les pueda empezar a solucionar su condición de vulnerabilidad a muchas familias manizaleñas.