Responsabilidad con el cambio climático

El mundo observa con admiración el liderazgo de la adolescente sueca Greta Thunberg, de 16 años, cuyos discursos en contra de las conductas de quienes no toman en serio el cambio climático generan por estos días multitudinarias movilizaciones en todo el mundo, a las que asisten principalmente jóvenes preocupados por el rápido deterioro ambiental que viene sufriendo el planeta, sin que las grandes potencias hagan lo suficiente para contenerlo. Las manifestaciones señalan de manera directa y contundente a quienes teniendo la mayor responsabilidad con ese problema y recursos para mitigarlo, lo ignoran o lo desprecian.
Todo esto ocurre como antesala a la Cumbre del Clima que comenzará mañana en las Naciones Unidas, cuyos miembros se reunirán en la sede de Nueva York, en la 74 asamblea anual del organismo. El presidente de Colombia, Iván Duque, se dirigirá este lunes a los demás mandatarios nacionales y les contará acerca de las medidas que se vienen adoptando en nuestro país para luchar contra los efectos del cambio climático, y que tienen que ver con la lucha contra la deforestación, el mal uso de las tierras y el impulso a la movilidad eléctrica. No obstante, todavía nos falta mucho por hacer.
Cada vez más las personas de distintas nacionalidades toman conciencia acerca de los efectos devastadores que podría tener este fenómeno si no se hacen cambios reales en los comportamientos humanos que tienen efecto directo en la manera irregular como se manifiesta el clima, con una tendencia preocupante hacia las altas temperaturas, lo que afecta el equilibrio natural. Pese a que desde finales del siglo pasado se insiste acerca de la urgencia de avanzar en las determinaciones que reversen el cambio climático, las emisiones de CO2 y de otras sustancias que afectan la atmósfera mantienen el peligro en avance. 
Un ejemplo de lo que puede hacerse para actuar de manera responsable ante el cambio climático lo acaba de dar Alemania, donde se aprobó un paquete de medidas por 54 mil millones de euros que incluyen incentivos para las empresas que apuesten por la economía verde. Sin embargo, sus acciones y demás países industrializados pueden ir mucho más allá. Es necesario que la Unión Europea, Estados Unidos, China, y demás países que más contaminan acojan el clamor de los jóvenes del mundo y atiendan con eficiencia la emergencia climática y del medio ambiente que estamos viviendo.
Es un hecho irrebatible que los polos se están derritiendo, que el nivel de los mares va en ascenso y que los riesgos de desastres naturales relacionados con el clima son cada vez más numerosos y alarmantes. Mantener la pasividad generará un futuro más turbulento y peligroso para la especie humana, mientras que movilizarse como ahora, donde se demuestra que no son unos pocos ambientalistas sino que hay una creciente masa crítica que exige soluciones, podría conducirnos a la recuperación y a la tranquilidad futura de los seres humanos sobre la Tierra.

Se espera que los líderes del mundo que participen en la Cumbre del Clima y en la Asamblea de la ONU asuman nuevos compromisos y cumplan con sus responsabilidades, ya no queda mucho tiempo antes de que el cambio climático se convierta en un asunto incontrolable que nos lleve a una catástrofe de dimensiones insospechadas. Ojalá que presidentes como Donald Trump, de los Estados Unidos, o Jair Bolsonaro, de Brasil, entre otros que se burlan de este tipo de activismo, reaccionen y cumplan, al menos, con lo que sus estados han asumido como compromiso en el pasado, y que a la fecha no tiene avances. Se necesita que el Acuerdo de París empiece a ser respetado.