La mala escogencia que el Gobierno Nacional hizo de la firma brasileña Mota-Engil para ejecutar las obras de reparación y construcción de cientos de colegios en Colombia, de los cuales 28 corresponden a Caldas (7 de ellos en Manizales), hizo que se generara un ambiente de desesperanza entre las comunidades de nuestros municipios, debido a que las obras prometidas nunca se concretaron por incumplimientos de esa empresa. Por fortuna, ya el Ejecutivo empezó a corregir los errores y a entregar a otros contratistas la terminación de esos compromisos. Ojalá que el remedio funcione y muy pronto tengamos terminados de manera satisfactoria los colegios que debieron ser entregados desde hace meses.
Producto de los incumplimientos de la firma portuguesa, en julio del año pasado los caldenses firmaron para protestar por lo ocurrido con esos contratos, y que el mismo gobernador de Caldas de entonces, Guido Echeverri, llevó esas hojas de protesta ante el Ministerio de Educación Nacional. Chinchiná, Neira, Salamina, Manzanares, Pensilvania, La Dorada, Victoria, Norcasia, Riosucio y Manizales han padecido en carne propia por los retrasos, y en los casos de instituciones de Marmato, Salamina y Villamaría hay obras que ni siquiera comenzaron. Solo hay cuatro terminadas, en Aguadas, Filadelfia, Supía y Anserma.
Esa inversión que en Caldas asciende a los cerca de $100 mil millones, empieza a ser salvada al ser reasignada a otros contratistas que ojalá hagan las cosas de manera más eficiente. La expectativa es que la Unión Temporal CIAR Educar, que se encargará de terminar obras que están iniciadas en colegios de Norcasia, Neira, Victoria, Villamaría y Pácora, recupere la confianza. En Pensilvania el Consorcio Aulas Nacionales también hará lo propio con las obras en ese municipio. Después de tanta demora hay bastante incredulidad en las poblaciones donde hay casos de estudiantes recibiendo clases en aulas improvisadas o en condiciones de hacinamiento en algunas instituciones.
Falta que el Gobierno Nacional determine a qué firma serán cedidos los contratos que se tenían con Mota-Engil, que fueron incumplidos y cuyos retrasos perjudicaron a las comunidades de Marmato, La Dorada, Manzanares, Chinchiná, Riosucio y Salamina. Esperamos que en todos estos casos se sienta realmente la mejora y que más temprano que tarde se empiece a ver que se reactivan los trabajos, los cuales desde luego deben ser ejecutados con la mejor calidad.
En el caso de Manizales también hubo problemas con la firma portuguesa y hay expectativa ante las reasignaciones que hará el Ministerio de Educación para ejecutar obras en siete colegios. En este caso, el Municipio también aportó recursos, por lo que es urgente que se aclare cómo será el manejo de los sobrecostos que necesariamente surgirán por el incumplimiento en los cronogramas. En el caso de las instituciones que dependen de la Gobernación de Caldas se ha dicho que la Nación asumirá el faltante, pero aún no es claro lo que pasará con Manizales.
La manera acertada en la que funcione el flujo de recursos desde el Fondo de Financiamiento para la Infraestructura Educativa (FFIE) también será determinante para que se recupere el cauce normal. No puede olvidarse que estas obras de ampliación y mejora de infraestructura educativa tienen como fin asumir con éxito el aumento de la cobertura de la Jornada Única, una estrategia fundamental para mejorar la calidad, hacer un buen uso del tiempo libre de los alumnos, reducir la deserción y la repitencia. Se necesita un estricto seguimiento a cada una de las obras, para que no volvamos a caer en las demoras injustificadas y en la desesperanza.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015