El 70% de los casos de cáncer de cuello uterino es previsible y el 90% de las situaciones en las que aparecen verrugas en los genitales también pueden evitarse, pero la única manera de lograr esos niveles es el uso de las tres vacunas contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) que protegen contra los tipos 6, 11, 16 y 18 de dicha infección, de acuerdo con estudios que se han divulgado ampliamente entre la comunidad científica internacional. No obstante, en varias partes del mundo se han observado posibles efectos adversos de estos medicamentos, lo que ha llevado a que surjan grupos de quienes se consideran víctimas de la aplicación de ese compuesto.
En Colombia, debido a una acción de tutela interpuesta por personas y entidades que se consideraron afectadas por la vacuna contra el VPH, como la Asociación Reconstruyendo Esperanza, la Corte Constitucional determinó que dicho medicamento no podrá ser aplicado sin el consentimiento de la persona, y en el caso de menores de edad sin la aprobación de sus padres. Hasta el momento, el Ministerio de Salud venía desarrollando campañas de vacunación general en todo el país que incluía esa vacuna. Eso tendrá ahora que cambiar y solo ofrecerla para quienes la acepten voluntariamente.
Además, el Gobierno Colombiano quedó obligado a divulgar ampliamente los estudios acerca de los efectos adversos que podría tener la vacuna, de tal manera que quien opte por usarla sepa con exactitud los riesgos a los que se expone. Así mismo, debe elaborar un informe en el que se identifique el número de personas que requieran atención en el sistema de salud "por causas atribuibles a posibles afectaciones derivadas de dicha vacuna", y allí se deberá establecer un plan de acción para que cada una de las personas afectadas cuenten con un detallado seguimiento.
Ahora bien, la Corte manifestó que en los casos estudiados no hay necesariamente una relación causal entre la vacuna y las patologías que aparecieron luego en las pacientes, y por eso mismo se abstuvo de impedir la entrega de la vacuna de manera general, como pedía la tutela. Esa determinación nos parece acertada, porque tampoco puede afirmarse que la vacuna no pueda ser distribuida, sino que el Gobierno deberá hacer seguimientos y valoraciones periódicas con base en los conceptos científicos que aparezcan en contra de la mencionada vacuna, e impulsar campañas de comunicación masiva sobre esos aspectos.
Lo cierto del caso es que, como bien lo manifestaron voceros de la Liga Colombiana de la Lucha contra el Cáncer, no hay evidencia científica que demuestre que la vacuna contra el VPH genere reacciones adversas o que vaya a producir la muerte en las mujeres. Otros expertos han explicado que después de los 9 años y hasta la adolescencia es cuando más aparecen enfermedades de todo tipo en los seres humanos, y muchas veces coincide ese fenómeno con la aplicación de la vacuna, a la que no se le puede echar la culpa. También debemos saber que la vida sexual en nuestro país comienza cerca de los 14 años de edad y que si no se tiene la protección de la vacuna, el riesgo de contagiarse es alto.
Es real, así mismo, que el cáncer de cuello uterino es la primera causa de mortalidad entre mujeres de 15 a 45 años en el mundo, y que en Colombia se diagnostican 5 mil mujeres al año, de las cuales mueren 2 mil. No sería sensato que por simples caprichos moralistas, que creen que la vacunación significa abrirles las puertas a los adolescentes a la vida sexual, se influya para que estas cifras empeoren. Debe tenerse en cuenta que siempre será mejor prevenir que tratar de curar, a veces demasiado tarde.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015