Prevención ante la sequía

Las primeras dos semanas del 2020 se han caracterizado por las altas temperaturas en el país. En Caldas, pese a tener el privilegio de 32 cuerpos de bomberos para 27 municipios, que dicen estar mejor preparados ahora que hace cinco años para atender incendios forestales o cualquier otra emergencia que sea consecuencia de la ola de calor, debemos estar atentos a lo que está ocurriendo. Las medidas de prevención que tomemos serán fundamentales para evitar que se pongan en riesgo los valiosos ecosistemas que tenemos en nuestras montañas, e incluso la salud y la vida de personas que viven en zonas rurales y urbanas.
Por estos días completamos un mes de intenso verano, periodo en el que las lluvias han sido mínimas y en el que empieza a verse que las fuentes de agua que abastecen acueductos veredales y municipales bajan sus niveles, amenazando con la escasez. Lo más complejo es que en el Comité Nacional de Manejo de Desastres que se realizó el jueves en Bogotá el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) aseguró que la temporada seca se extenderá hasta mediados de marzo en Colombia. Hay que recordar que también se anuncia para este año un nuevo fenómeno de El Niño.
Hasta la fecha, de acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd) se contabilizan en todo el país 123 eventos destacados, relacionados con el clima, entre incendios de cobertura vegetal, heladas y desabastecimiento de agua. Los departamentos más afectados hasta ahora son Cundinamarca, Boyacá, Tolima, Meta y Antioquia, pero es indiscutible que el riesgo de desastres derivados de las temperaturas elevadas es latente, y por muy preparados que nos sintamos nos pueden poner en aprietos. En esto es fundamental que las alcaldías municipales establezcan los convenios necesarios con los bomberos locales para poder tener una reacción pronta ante las emergencias que surjan. 
Hay que tener listos los planes de contingencia para poder responder ágilmente ante cualquier eventualidad. En el pasado, sectores de Caldas como el Parque Natural Nacional de los Nevados han sufrido con grandes conflagraciones y se han destruido valiosas especies animales y vegetales. La consecuencia directa es la generación de desequilibrios en los ecosistemas de páramo, tan importantes para la condensación del agua que provee las distintas cuencas hidrográficas, necesarias para una actividad agrícola saludable, así como para abastecer acueductos que lleven agua a las viviendas para el consumo humano. Hoy regiones como la del corregimiento de Arauca (Palestina) afrontan temperaturas por encima de los 35ºC, que pueden resultar problemáticas para la salud de las personas, además de afectar el caudal del río Cauca.
Si tomamos conciencia de que todo incendio es consecuencia de los actos humanos, voluntarios o involuntarios, es mucho lo que podemos hacer para prevenirlos. Evitar las llamadas quemas controladas, no hacer fogatas o cerciorarse de apagarlas bien cuando se va a paseos, no arrojar colillas de cigarrillos en zonas verdes o evitar que vidrios o botellas sean arrojados sobre la capa vegetal son conductas que podrían ayudar bastante a que no haya incendios forestales. 

Hoy tenemos 16 municipios caldenses en alerta roja por posible ocurrencia de estos incendios, por lo que debemos estar más que prevenidos. Los habitantes de Aguadas, Aranzazu, Filadelfia, La Dorada, La Merced, Manzanares, Marmato, Marquetalia, Marulanda, Norcasia, Pácora, Pensilvania, Salamina, Samaná, Supía, y Victoria son los que deben estar más atentos. En alerta naranja se encuentran Anserma, Belalcázar, Chinchiná, Manizales, Neira, Palestina, Riosucio, Risaralda, San José, Villamaría, y Viterbo. No obstante, el fuego puede surgir en cualquier lugar y momento, por lo que la reacción inmediata es clave para mantener el control y la tranquilidad.