Por unas vías más seguras

La muerte del ciclista y exjugador del Once Caldas Mauricio ‘el Chicho’ Martínez, el pasado viernes, sobre el puente La Estampilla en la doble calzada Manizales-Chinchiná, completó una lamentable realidad de 28 personas fallecidas en accidentes de tránsito en Manizales, tres de ellas en bicicleta. Las demás muertes corresponden a motociclistas (15) y peatones (10, seis de ellas adultos mayores). Es verdad que, con relación a lo ocurrido hace un año, la situación mejoró, para esta misma fecha la cifra ya llegaba a los 34, pero los niveles siguen muy altos.
En el caso de Martínez no hay claridad acerca de cómo se produjo el accidente, aunque la hipótesis es que perdió el control de la bicicleta y su cabeza golpeó la baranda del puente. En los otros hechos el exceso de velocidad, la desatención de las señales, la falta de cultura vial y el descuido son las variables que más se manejan acerca del origen de las muertes en accidentes en la capital de Caldas. Para tratar de hacerle frente al problema, las autoridades locales
hacen operativos, campañas e instalan refugios peatonales y reductores de velocidad en busca de mitigar los riesgos. A pesar de ello, el objetivo de bajar a cero estas situaciones se mantiene muy lejano.
Para tratar de llegar a conclusiones, cuya implementación ayudaría a bajar las cifras de muertos en las vías, se desarrolló en Manizales el pasado viernes un foro sobre movilidad segura, impulsado por la Universidad Autónoma, el Hospital de Caldas y la Alcaldía. Se habló sobre la urgencia de formular políticas públicas que obliguen a las administraciones municipales a destinar recursos para continuar programas de prevención y ejecutar planes que tiendan a lograr una movilidad que privilegie las condiciones de seguridad de quienes transitan, y que proteja más al peatón, por ejemplo.
También se consideró fundamental tener un sistema integrado de transporte público, que incentive su uso masivo y lleve a que los actuales usuarios de vehículos particulares y motos, sin necesidad de medidas restrictivas, usen con mayor frecuencia dicho sistema público, por facilitarles la vida. Hay que anotar que cualquier otra medida que tienda a limitar el libre mercado no creemos que logre buen efecto, y por tratarse de una salida artificial podría terminar generando más problemas que soluciones. Otro punto clave es que los orientadores viales que contrata la Secretaría de Tránsito tengan las competencias necesarias para ayudar de verdad a mejorar la movilidad, porque muchas veces terminan generando más congestiones que si no estuvieran en esa tarea.
Una realidad que no puede ignorarse es que en Colombia muere una persona en accidentes de tránsito cada 69 minutos, y que dos de cada tres fallecidos en esos accidentes tienen relación con el uso de motos. En ese sentido es positiva la
iniciativa para que 18 grupos de motociclistas trabajen de la mano con la Policía y las autoridades del tránsito en la ciudad, con la idea de que los primeros se conviertan en vigías del comportamiento en el tránsito y en promotores de la cultura vial. Si quien conduce una moto asume dicha acción con responsabilidad y atiende las normas adecuadamente será posible prevenir muchos accidentes y muertes.

Otros puntos clave que deben ser tomados en cuenta son: mayor atención al desplazamiento en la calles de los adultos mayores, para permitirles una movilidad más segura. También evitar el uso de las bicicletas para actividades como el llamado “gravity”, que ha causado varias muertes de jóvenes en la región, e impedir los piques de motocicletas que ocurren en sectores como la Panamericana. No obstante, lo principal es que todos los actores de la vía tengamos una cada vez mejor cultura vial, en la que el respeto a los demás actores y el cumplimiento de normas sean esenciales.