Pandemia, sin pico nacional

El ministro de Salud, Fernando Ruiz, está seguro de que en Colombia no se tendrá un pico como tal de la pandemia de covid-19, sino que esa expresión solo podrá ajustarse a situaciones muy concretas de ciudades que ya alcanzaron altas cifras de contagio y ahora comienzan a ver menores cantidades de personas enfermas. Lo que sí parece claro es que entre agosto y septiembre se alcanzarán en el país los niveles más elevados de expansión de la enfermedad, de acuerdo con las dinámicas que lleva el incremento de casos y el número de fallecidos por esa causa. Ahora bien, el pico solo será identificable más adelante, cuando los recuperados sean más del doble de los casos nuevos y los fallecidos sean menos de la mitad de los registrados en el punto más alto, según expertos.
Lo que resulta evidente es que en regiones como la nuestra, en la que se vienen manejando niveles moderados de contagio, alcanzar un pico se hace más lejano, y en la medida en que la pandemia se mantenga controlada es posible que no se llegue a ese nivel al que se aproximan ciudades como Barranquilla, Cartagena, Leticia o Tumaco, y algunas zonas de Bogotá. Muy posiblemente sea en meses posteriores cuando se llegue a las cifras más altas aquí, pero lo ideal pareciera ser que el crecimiento ocurra de manera tan regulada que las unidades de cuidado intensivo nunca se vean escasas ante la demanda de pacientes de covid-19.
Además, hay que tener claro que el hecho de tener un pico no significa que los datos posteriores sean todos necesariamente en descenso. Cualquier descuido puede ocasionar nuevos brotes, lo que haría que se pierda de nuevo el control y mueran más personas de las calculadas cuando hay estrictos protocolos de bioseguridad. Así las cosas, lo mejor sería mantenerse en contagios moderados y seguir avanzando en las medidas de reactivación económica. Sería lamentable que, por actuar irresponsablemente, tengamos que regresar a medidas extremas de cuarentena, las cuales serán perjudiciales para todos.
Hemos pasado ya más de tres meses complicados por cuenta de la pandemia, pero todo indica que vienen los más difíciles en cuanto a la expansión de la enfermedad. Entre tanto, hay que ser persistentes en las medidas que nos conduzcan a la “nueva normalidad”, que implica tener actividades dinámicas en todos los sectores. Tal apuesta exige que el comportamiento de todos sea muy cuidadoso, que realmente haya compromiso con el autocuidado y con nuestro entorno.

El hecho de que el país haga hoy un mayor número de pruebas diagnósticas cada día ayuda a que se pueda aclarar el panorama de la enfermedad y que los focos de contagio sean aislados con mayor eficiencia. Eso es algo en lo que tiene que seguir trabajando, porque en la medida en que se identifiquen los portadores del coronavirus, muchos de ellos asintomáticos, será posible tomar decisiones mejor informadas. Necesitamos que Caldas ponga al día las pruebas para que la realidad de la enfermedad sea diáfana, y podamos avanzar en una reactivación general más segura.