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Causa desconfianza en muchos caldenses escuchar que la región del Eje Cafetero se consolida como la segunda del país, después del Caribe, que recibe mayor número de turistas durante el año. Y tienen razón en dudar, pues justo nuestro departamento es el que menor número de visitantes recibió el año pasado, 11 mil 210, frente a los 16.417 de Quindío y los 30 mil 293 de Pereira. En esto hay que tener en cuenta que es difícil lograr números precisos, más allá de la ocupación hotelera, que de hecho disminuyó, pues buena parte de las cifras se cuentan por el destino al que arriban. Es posible que muchos de los que vienen a departamentos distintos a Risaralda lleguen por el aeropuerto Matecaña. Este registró 904 mil pasajeros frente a 198 mil de Armenia y 111 mil de Manizales el año pasado.

La información hotelera y de viajeros sigue siendo insuficiente para poder hacer diagnósticos claros sobre cuál es la realidad. El hecho de que se presenten paradojas como que hubo más viajeros, pero menos ocupación hotelera nos hace preguntar si crece la parahotelería o si se está ante un subregistro o ambas. También es cierto que ha crecido la oferta de camas en la ciudad, en la medida en que se han aprovechado los beneficios tributarios para la construcción y ampliación de hoteles en el país, y eso también sucede en la región. No obstante, se precisa de mejorar los informes para entender mejor cómo es el comportamiento de los viajeros de la industria sin chimeneas.

Entre estas ofertas resulta muy alentadora la inversión que hace Termales El Otoño para aumentar su capacidad y que genera una oferta diferenciadora a la que hay en el país, a esto se suma la mejora de productos como el avistamiento de aves, el senderismo, entre otros, que promueven agencias turísticas y propios hoteleros con el fin de aumentar la presencia de visitantes en sus habitaciones, tanto en cantidad como en calidad. Personas que encuentran en la región una posibilidad de pasar mejores momentos, de vivir una experiencia que los anime a regresar o a invitar a otros.

Una manera de mejorar las políticas públicas en cualquier tema es contar con datos certeros, pero cuando se pregona que Manizales es el segundo destino turístico del país es tergiversar la realidad, pues se trata de una ciudad que forma parte del Eje Cafetero, este sí el segundo. Caldas requiere de mucho para mejorar en la repartición de los turistas entre los tres departamentos. Es evidente que actividades como la Feria de Manizales fortalecen la ocupación hotelera en la región, pero falta mucho para ser realmente fuertes en este tema y sea una tendencia. Se ha avanzado, pero se tiene que mejorar mucho más.

 

Hay que insistir en lograr una oferta complementaria entre los tres departamentos del Eje Cafetero, algo en lo que no se ha trabajado lo suficiente. El Nevado del Ruiz sigue siendo un complejo lugar, al que no puede llegar ni es deseable que llegue todo el mundo; se debe seguir apostando a un turismo responsable con el entorno y que sirva para mostrarnos al mundo como potencia biodiversa. Lo otro es que el Paisaje Cultural Cafetero sigue sin dar los réditos que todos esperamos y esto en buena parte por falta de articulación y de apoyos decididos. Insistimos, se mejora, pero hay que aumentar el ritmo de esas mejoras para que realmente seamos la potencia que queremos ser.