En el ránking comparativo de Ciudades Cómo Vamos, revelado en mayo, Manizales apareció segunda, superada solo por Barranquilla con relación a la pregunta de la encuesta de percepción acerca de la satisfacción con el servicio de salud recibido durante el último año. El porcentaje positivo fue 75%, muy superior a ciudades vecinas como Armenia y Pereira, que llegaron apenas al 43% y 39%, respectivamente. Adicionalmente, a mediados de junio el Centro de Pensamiento Así Vamos en Salud reveló el Índice Departamental de Salud (Indes), en el que Caldas aparece al lado de Bogotá y Antioquia, como líderes con los mejores puntajes.
Este encabezado positivo contrasta con la realidad de que somos el departamento con el indicador más alto en tutelas que exigen el cumplimiento del derecho a la salud (102,29 por cada 10 mil afiliados), lo que evidenciaría las deficiencias en la atención, que llevan a los usuarios a tomar las vías judiciales para poder acceder a servicios que deberían ser prestados sin obstáculos. Sorprende aún más que el año pasado encabezábamos ese indicador con mayor ventaja, ya que este año en la región la llamada tutelitis cayó en un 18,8%.
De acuerdo con el informe de la Defensoría del Pueblo, las otras regiones de Colombia en las que los usuarios del sistema de salud usan más la tutela son, en su orden, Risaralda, Norte de Santander, Antioquia y Arauca. Este fenómeno habla mal de la oportunidad en la atención en EPS e IPS, y de la posibilidad de congestionar el sistema judicial para lograr que lo negado por las vías regulares sea aprobado por fallos de jueces, los cuales infortunadamente muchas veces también son desconocidos. 
También está claro que las EPS que son más denunciadas por la deficiencia de su atención son Coomeva, Medimás, Asmet Salud, Nueva EPS y Salud Vida, no solo en Caldas, sino en todo el país. En total, el año pasado se contabilizaron 207 mil 734 tutelas para exigir derecho a la salud, cerca de 10 mil más que en el 2017, cuando fueron 197 mil 655. En esto hay que ver la coyuntura del año pasado en los servicios de salud de las fuerzas militares y de policía, que concentró 7.291 tutelas, con un incremento del 36,23%, con respecto al 2017. Un alza similar, del 34,72%, ocurrió con tutelas instauradas por personas privadas de la libertad.
Bajo esta perspectiva, la verdad es que en nuestro departamento la situación ha mejorado, ya que en el mismo periodo hubo un descenso en el uso de este recurso legal creado por la Constitución del 91. De un año al otro se pasó de 12 mil 496 tutelas a 10 mil 166 en Caldas, gracias a que aquí se desarrolló un protocolo para disminuir las congestiones. Esa ha sido la labor de la Oficina de Gestión de la Salud que funciona en el primer piso del Palacio de Justicia de Manizales, en convenio con el Consejo Seccional de la Judicatura, la Dirección Territorial de Salud de Caldas y la Superintendencia de Salud. Para este año la situación debe mejorar, ya que desde el 3 de septiembre del 2018 al 5 de julio pasado, se radicaron allí 2 mil 940 solicitudes, de las cuales 2 mil 313 fueron resueltas. 

Ahora bien, es importante mirar de cerca lo que ocurre en los municipios donde se tramita el mayor número de tutelas en el departamento, como son Aguadas, Aranzazu, Chinchiná, La Dorada, La Merced, Manizales, Manzanares, Norcasia, Pácora, Riosucio, Salamina, Samaná, Supía, Victoria y Viterbo. También hay que trabajar en agilizar los tratamientos, la entrega de medicamentos y las citas especializadas, que son los que ocasionan más reclamos de los usuarios. Estos son síntomas de un mal que hay que tratar con mayor profundidad.