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La nueva metodología de medición de la competitividad en Colombia, que acoge las recomendaciones del Foro Económico Mundial, dejó a Manizales en el sexto lugar entre las ciudades capitales del país, para el 2018. Con la anterior metodología fuimos terceros en el 2017, lo que indica que ante estándares internacionales tenemos ahora nuevos desafíos. En el índice departamental Caldas recuperó el tercer lugar, lo que constituye una gran noticia.

Entre los 97 indicadores contenidos en 12 dimensiones, la capital caldense confirmó su liderazgo en el entorno para hacer negocios. Los temas de educación superior (3) e innovación y dinámica empresarial (3) también fueron bien calificados, pero los puntos negros, en los que la ciudad tiene que trabajar con mayor determinación en el futuro son sostenibilidad ambiental (21), mercado laboral (11) y sistema financiero (10). Un nuevo aspecto, relacionado con la proporción de estudiantes matriculados en instituciones certificadas requiere especial cuidado, estuvimos en el puesto 15.

El informe fue divulgado esta semana por el Consejo Privado de Competitividad (CPC) y la Universidad del Rosario, y los primeros lugares fueron ocupados en su orden por Bogotá, Medellín, Bucaramanga, Cali, Barranquilla y Manizales. Nuestro puntaje fue 5,7 en la escala de 1 a 10, lo que indica que cumplimos con el 57% de los criterios que marcan la excelencia. Para el Eje Cafetero, visto como un todo, el desafío es aún mayor, debido a que Pereira fue octava (5,49) y Armenia se ubicó en el puesto 10 (5,05), aunque avanzaron más que Manizales en el último año.

En términos generales, hubo mejoras en los 12 pilares fundamentales que se midieron, las cosas se están haciendo bien y es conveniente ser persistentes para consolidar avances y fortalecernos más en esos aspectos. No obstante, lo más importante es identificar en qué fallamos, dónde están nuestras debilidades e impulsar estrategias con soluciones rápidas y directas. Por ejemplo, es preocupante que en el pilar de instituciones la calificación haya descendido, por desempeño administrativo y gestión fiscal deficientes, lo que estaría relacionado con actualización catastral y recaudo local, y procesos con un único proponente, asuntos que compete resolver lo más pronto posible a la Administración Municipal.

Es una lástima, así mismo, que sigamos perdiendo puestos de trabajo. Un desempleo creciente, que pasó del 12,1% al 12,7% en un año, y que se mantiene por encima de dos dígitos, necesita que haya un trabajo concertado entre el sector público y el privado para analizar causas y trazar estrategias para crear nuevos empleos. Es bueno que estemos avanzando en formalización laboral, según la Cámara de Comercio, pero que en datos globales retrocedamos requiere una reacción pronta y efectiva.

En sostenibilidad ambiental hay aspectos estructurales de la ciudad que han sido enfrentados con éxito para mitigar el riesgo de deslizamientos en épocas de invierno, por ejemplo, pero la misma topografía de la ciudad hará que tengamos siempre allí puntos desfavorables. No obstante, también hay problemas en calidad del aire, exceso de ruido, contaminación de fuentes hídricas y riesgos para especies de fauna y flora en los que un buen trabajo podría ayudar a que lo ambiental no sea un lastre.

Al observar más en detalle las 12 dimensiones, también tenemos problemas en la eficiencia de los métodos de resolución de conflictos, cobertura efectiva de gas natural, conectividad (sobre todo vía aérea), cobertura de aseguramiento en salud, inversión pública en protección integral a primera infancia, cobertura neta en educación primaria, cobertura de establecimientos financieros, brecha de participación laboral entre hombres y mujeres y en tasa de natalidad empresarial neta, entre otros. Hay que hacer varios ajustes para mantener el liderazgo entre las ciudades medianas y superar a varias de las grandes.