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La visita del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a Colombia marca un punto de quiebre en las relaciones entre los dos países e incluso con Latinoamérica, por tratarse de la primera oportunidad en que alguien con este cargo visita esta parte del mundo. También estuvo en Argentina y en México. Esto permite, por supuesto, estrechar relaciones que son clave en un planeta globalizado y en el que se hace necesario intercambiar todo tipo de experiencias para obtener mejores resultados. El mayor interés es la cooperación en el desarrollo científico.
Colombia e Israel comparten vasos comunicantes que muchas veces no se entienden por encontrarnos en lugares del mundo tan distintos. La amenaza permanente de la guerra, del terrorismo, la necesidad de contar con un ejército suficiente y entrenado y, sobre todo, la capacidad de resiliencia y de creatividad de sus gentes. Si Colombia quiere ser en el 2025 la más educada de Latinoamérica deberá fijarse en los mejores modelos educativos y el estado judío es parte de ese selecto grupo. Así lo ratifica la cantidad premios nobel con los que cuenta, 11 en total, desde que se creó como Estado.
Durante años, misiones técnicas y de profesionales han viajado a Israel a aprender de sus métodos para hacer del desierto tierra fértil o de cómo se promueve el liderazgo desde los primeros años y en todas las organizaciones o cómo se adaptan a las circunstancias, de acuerdo con las complejidades de su entorno. En un momento como el que vive Colombia que empieza a pensar en la posibilidad de dejar la guerra en segundo plano vienen muy bien este tipo de ejemplos para avanzar con paso decidido a las grandes transformaciones que se necesitan.
Israel es un jugador de mucho peso no solo en Oriente Medio, sino en el mundo entero. Aunque su manera de resolver los asuntos con sus vecinos no han sido las ideales, por tratarse de una región en permanente conflicto por siglos, Colombia podría ser para ellos también un modelo con nuestro proceso de paz con las Farc y el avance en los diálogos con el Eln. Desde Israel se ha apoyado a nuestro país en la decisión de paz y se ha acompañado el proceso de desminado que avanza, a pesar de las duras dificultades que entraña este para poder llegar a un país libre de estos elementos.

Esperamos pues que el Memorando de Entendimiento firmado entre el primer ministro israelí y el presidente Santos sea una hoja de ruta en lo económico, lo cultural y lo educativo. Y que sirva para estrechar lazos y se pueda demarcar claramente cómo sería ese aprendizaje conjunto, para que se piense en cimentar una relación en torno a la educación, la ciencia y la tecnología como la necesita nuestro país. La visita se dio en momentos en que está pendiente en la Corte Constitucional el pronunciamiento sobre el acuerdo de libre comercio entre los dos países, en el que Colombia tiene fijadas esperanzas para convertirse en un proveedor importante de ese país. Ojalá así sea.