Fecha Publicación - Hora

Luego de 10 meses de trabajo, la semana pasada la Misión de Sabios conformada por el presidente Iván Duque entregó su informe de recomendaciones acerca de lo que debe hacerse en Colombia en los próximos 25 años, en ocho áreas del conocimiento en las que son expertos. La gran conclusión del documento es que se requieren decisiones audaces y profundas transformaciones en tres aspectos esenciales: enfrentar de manera rápida y adecuada el fenómeno del cambio climático; ejecutar una sólida estrategia para lograr un desarrollo productivo y sostenible, y hacer una apuesta decidida por lograr un país equitativo, con profunda incidencia en las regiones.
Además, los sabios esbozaron 30 proyectos para ser puestos en ejecución en el recién creado Ministerio de la Ciencia, Tecnología e Innovación (que reemplazó a Colciencias). Según el Gobierno, dicha cartera contará con un presupuesto de $16,5 billones en los próximos dos años. El material entregado por los 47 expertos es de gran valor y se espera que sea acogido en forma seria por el Ejecutivo, de tal forma que no ocurra igual que hace 25 años, cuando un grupo similar de expertos fue convocado para entregar recomendaciones similares, y cuyas conclusiones no fueron aplicadas, retrasando los avances que pudieron habernos ahorrado muchos de los dolores de cabeza que padece hoy el país.
En el primer desafío, llamado Colombia Bio-Diversa, los sabios hacen un llamado a preservar y potencializar los recursos hidrobiológicos, contribuyendo a los Objetivos de Desarrollo Sostenible con especial atención a la problemática de cambio climático. En esta materia se tendrían que ejecutar inversiones importantes para descontaminar nuestros principales ríos y sus afluentes, además de tener una estrategia ambiciosa para frenar la cada vez más agresiva deforestación de bosques, especialmente en el sur de Colombia, y cuidar de manera adecuada nuestra riqueza ambiental. También impulsar una bioeconomía que en el 2030 represente el 10% del PIB, con cerca de 100 mil nuevos empleos.
El segundo reto tiene como nombre Colombia Productiva y Sostenible, y en él se plantea un modelo equitativo basado en la diversificación de la economía, aumento de la productividad y suministro de productos y servicios de alta calidad e impacto ambiental cada vez más reducido. Con ellos se buscaría duplicar la participación de la industria manufacturera y de servicios en el PIB para el 2030. Se requeriría una profunda transformación industrial que conlleve a bajar de manera sustancial los niveles de bióxido de carbono e impulsar nuevas industrias alrededor de la llamada química verde.
Finalmente, el desafío de la Colombia Equitativa apunta a que se cuente con una oferta educativa basada en el desarrollo humano, la equidad y el crecimiento económico, con pertinencia regional. El camino para ello sería que a 2026 la educación integral de los niños de 0 a 5 años sea universal, y la implementación de programas de educación media diversificada para el 75% de la población entre 15 y 17 años para el 2022 y alcanzar en el 2030 la universalización. Otro filón sería el fortalecimiento del 40% de las Escuelas Normales en dos años, para crear redes nacionales de centros de innovación para los maestros, y destinar a ello el 25% de las regalías, de tal forma que en el 2028 se tenga en esos campos una inversión del 1,2% del PIB, donde el 0,4% provenga del sector privado.

Se tiene, con este documento de 292 páginas, una importante brújula que debería conducirnos en los próximos años hacia una mejor calidad de vida para todos los colombianos. La idea es generar una sociedad del conocimiento con significativos réditos sociales y económicos, y con impactos positivos principalmente en las comunidades más vulnerables. Son propuestas ambiciosas, pero realistas, que si se aplican adecuadamente podrán vencer numerosos problemas que padecemos hoy en Colombia. Así que manos a la obra.