Fecha Publicación - Hora

A las 7:42 de la noche del pasado jueves, el presidente Juan Manuel Santos escribió en su cuenta de Twitter: “Abatido por la Fuerza Pública alias Gavilán, segundo del Clan del Golfo. Daremos detalles mañana”. Así conoció el país que poco después de las 6:00 p.m. la Policía y las Fuerzas Militares dieron de baja en Turbo, municipio del Urabá antioqueño, al segundo en el mando del Clan del Golfo, Roberto Vargas Gutiérrez, más conocido como Gavilán. Era un hombre temido en la región especialmente por sus aberrantes prácticas de abuso sexual contra niñas.
Tras este operativo, las autoridades siguen en la búsqueda del principal cabecilla de esa organización criminal, Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel. Otros líderes de esa organización que están en la mira son alias Nicolás (Carlos Antonio Moreno), el Indio (Aristides Manuel Meza) e Inglaterra (Luis Antonio Padierna).
Los miembros de esta banda criminal, responsable entre otros muchos delitos del asesinato selectivo de policías en varias regiones de Colombia, son buscados para que respondan por un prontuario en el que se cuentan numerosos homicidios, desplazamiento forzado, porte ilegal de armas y concierto para delinquir. A mediados de julio en otro operativo de la Fuerza Pública había sido abatido el hermano de Gavilán, quien también era señalado como responsable del asesinato de los estudiantes de biología de la Universidad de los Andes Mateo Matamala y Margarita Gómez, ocurrido en enero de 2011, en San Bernardo del Viento (Córdoba).
Ayer el Jefe de Estado hizo un fuerte llamado a los miembros de esa organización delictiva, la más grande del país dedicada hoy al narcotráfico y la minería ilegal, para que se sometan a la justicia, antes de que terminen capturados o muertos en combate con las Fuerzas Militares y la Policía. El golpe dado al Clan del Golfo esta vez fue bastante fuerte, y todo indica que los demás cabecillas podrían correr igual suerte si se empeñan es seguir delinquiendo y generando terror en donde hacen presencia.
Hay que recordar, además, que durante este año se le han incautado a esa organización 100 toneladas de cocaína y activos cercanos a los $500 mil millones; además del arresto de cerca de mil integrantes de esa organización y el golpe contra alias Pablito en mayo pasado, principal lugarteniente de Otoniel.
Es indiscutible la importancia del último resultado de la operación Agamenón, si se tiene presente que Gavilán llevaba cerca de 25 años coordinando rutas del narcotráfico hacia Centroamérica, con gran influencia ante los narcos mexicanos, y fue quien ordenó el plan pistola contra agentes de la Policía, al mejor estilo de Pablo Escobar. También hizo parte de los grupos paramilitares hasta mediados de la década pasada. Por todo eso, el gobierno de los Estados Unidos lo había incluido en la Lista Clinton y lo solicitaba en extradición desde el 2014. 
Sobre este Clan Úsuga hay que decir que su origen está en los paramilitares que no se desmovilizaron y que, liderados por alias Don Mario, inicialmente tomaron el nombre de los Urabeños. Después, con la idea de adquirir una identidad política se empezaron a llamar Autodefensas Gaitanistas, pero ante la captura de Don Mario en el 2009 ese temible grupo pasó a llamarse Clan Úsuga, encabezado por los hermanos Úsuga. 

En su proceso de permanente metamorfosis y fortalecimiento como grupo narcotraficante, fue bautizado más tarde como Clan del Golfo, al cual el general retirado Óscar Naranjo, en el momento de asumir la Vicepresidencia de la República en marzo de este año, le anunció una persecución sin cuartel. Hay que felicitar a la Fuerza Pública por los resultados de sus operativos y animarlas para que sigan asestando a esa banda criminal golpes contundentes.