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El debate acerca de si se debe construir o no una bolera en Expoferias ha ido escalando, de manera sorpresiva, moviendo la opinión hacia un punto que no es el esencial, ni el más importante para Manizales. Si bien se le menciona en el Plan de Desarrollo 2016-2019, apenas ahora comienza a hablarse del proyecto. Hace una semana el alcalde, Octavio Cardona, en una reunión con dirigentes de la Liga de Bolos de Caldas les dijo que el lugar en el que podría construirse una bolera pública, como es su deseo, era Expoferias, pero que había varios opositores a que se concretara, pese que el Municipio tiene mayoría accionaria en la propiedad de ese lugar.
Quedó en el ambiente que la bolera pública es una prioridad para Manizales y que Expoferias tiene mucho espacio desperdiciado que podría usarse de mejor manera en un escenario como ese. Ambas cosas resultan ser sutiles falacias que la ciudadanía manizaleña merece ver desde otra perspectiva. Por un lado, si bien es una excelente idea que la ciudad pueda contar con una nueva y moderna bolera, no hay razón para que sea pública. Es cierto que durante la segunda mitad del siglo pasado se tuvo un escenario público de ese tipo en Fundadores, pero terminó cerrándose ante la imposibilidad de mantenerla con recursos del erario. Ese error no debe repetirse.
No estamos hablando de una disciplina masiva a la que haya que buscarle espacio como sea, y el mantenimiento y operación de un escenario como ese son costosos y, por eso, generalmente, en otras ciudades las boleras son privadas y son negocios que funcionan muy bien en centros comerciales o en clubes. La Liga de Bolo podría pensar en un proyecto que les permita a los bolicheros competitivos tener un escenario de entrenamientos, pero al mismo tiempo que sea un lugar de entretenimiento para otros aficionados que paguen por usarlo y ayuden así a solventar su sostenimiento y hasta dar utilidades.
Otro punto, que es tal vez el esencial, es que Expoferias no es un lugar en el que sobre espacio como para hacer una bolera. Por el contrario, si queremos que Manizales sea en realidad una ciudad de grandes eventos y convenciones, con gran fortaleza turística, tendríamos que ser capaces de construir un lugar inclusive más amplio, moderno y versátil que el actual, y así poder competir con las principales ciudades colombianas que acaparan la mayor parte de estos grandes eventos, entre otras cosas por contar con sedes bien dotadas para albergarlos.
Si en Expoferias no se realizan eventos de gran formato todos los fines de semana no es porque esté sobrando espacio, sino porque no hemos ejecutado una política acertada para la atracción de más certámenes de alto nivel, en lo que la Administración Municipal también tiene responsabilidades. Antes que tratar de estrechar el lugar, lo que debe ejecutarse es una ambiciosa estrategia para ir en busca de quienes aprovechen el actual espacio, y hasta pensar en ampliarlo si las necesidades de los clientes lo ameritan.

Además, la manera como fue presentado el proyecto, donde el resto de accionistas de Expoferias apenas se están enterando de su existencia, hace que el mensaje enviado sea equivocado y que en lugar de soluciones se planteen tensiones innecesarias que enrarecen el ambiente y distorsionan la realidad. Decir que la Administración, por tener la mayoría accionaria, podría ejecutar el proyecto en Expoferias sin tener en cuenta a Inficaldas y el Comité Departamental de Cafeteros, sus socios allí, no es coherente con el respeto con el que supuestamente se actuó. Invitamos a la reflexión y a que se adopten medidas sensatas y positivas para el desarrollo de la ciudad.