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Las políticas públicas consistentes y de largo aliento son vitales para que cualquier sector productivo pueda trazar estrategias y desarrollar acciones que redunden en mayor productividad y rentabilidad, y como consecuencia de ello, en más bienestar para quienes se dediquen a una actividad determinada. No es fácil construir las sinergias necesarias entre los distintos actores y acordar parámetros mínimos que estén orientados al logro de objetivos de beneficio general, pero sí es posible alcanzarlo.

Como un ejemplo de esto, el Gobierno Nacional y la Federación Nacional de Cafeteros acaban de presentar el Conpes 4052 que contiene la política para la sostenibilidad de la caficultura colombiana. Con este paso los cultivadores del grano se convierten en pioneros en el ámbito agropecuario colombiano con unas políticas públicas definidas, con claros compromisos del Ejecutivo nacional y de la dirigencia cafetera para mantener dinámico el sector, aportando al bienestar social y al crecimiento económico.

Se tiene definido que este Conpes sea la brújula del sector cafetero hasta el 2030, en el que se invertirán desde el Gobierno Nacional, al menos, $34 mil 531 millones, lo que servirá para darle al sector garantía de sostenibilidad económica, social y ambiental, y fortalecer las bases de la caficultura, de tal manera que pueda enfrentarse de manera eficaz a los malos momentos del sector y prevenir posibles crisis por diversas circunstancias.

En casi una centuria de vida institucional de la caficultura se han atravesado etapas de gran prosperidad, pero también de profundas crisis, lo que aporta enormes aprendizajes que ahora se ven reflejados en este Conpes. De hecho, para su elaboración fue preciso ejecutar un detallado diagnóstico de las debilidades, fortalezas y posibilidades que tiene el sector, a partir de una realidad en la que los niveles de productividad, los ingresos, el mercado interno y externo, así como la conectividad a internet en las áreas cafeteras están al vaivén de toda clase de inestabilidades que hacen complejo el panorama.

Desde las responsabilidades del Ejecutivo frente a esta realidad es fundamental observar lo que puede hacerse con bienes públicos como las carreteras y la cobertura de servicios, incluyendo la conectividad, entre otros, en lo que existen grandes vacíos. Sin embargo, desde el punto de vista del gremio también está la posibilidad de avanzar en la creación de valor agregado y en la búsqueda de mayores eficiencias en el proceso productivo, así como lograr que los cafeteros fortalezcan la cultura del ahorro con miras a enfrentar momentos difíciles ocasionados por factores externos.

Es muy importante que el Conpes establezca responsables directos de cada una de las acciones que harán posible el cumplimiento de las políticas, con lo que se podrá tener un tablero de control que ayude a introducir los ajustes necesarios en momentos determinados, así como acelerar procesos cuando se considere pertinente. Esta es, indiscutiblemente, una herramienta vital para que el rumbo de la caficultura no se pierda, y por el contrario sega demostrando, como lo viene haciendo, que su aporte al crecimiento económico y bienestar para muchas familias colombianas puede seguir siendo muy positivo.