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Los anuncios de los laboratorios Pfizer y Moderna acerca de que sus vacunas contra la covid-19 están en fase tres y que tienen una efectividad del 95% y del 94%, respectivamente, son indudablemente buenas noticias que tienen que ser valoradas como tales, ya que podrían conducirnos a que más temprano que tarde la actual emergencia sanitaria pueda superarse. Justamente eso es lo que necesitamos, que la ciencia nos ayude a resolver la crisis que no solo afecta la salud pública, sino también la economía en todo el mundo.
 Para el caso de Caldas y Manizales estos anuncios contrastan con la realidad de la pandemia en la región, que se encuentra en sus niveles más altos de contagio desde que comenzó a expandirse. De hecho, para la fecha se pensaba tener 16 mil casos en Caldas y ya son poco más de 20 mil, la mayoría de los cuales ocurrieron en las semanas recientes. El hecho de que cada día el número de contagiados sea superior al de recuperados es algo que nos habla de la gravedad de lo que está ocurriendo.
 Con la ocupación de las camas UCI en alerta roja (por encima del 80%), que hoy podría completar tres días consecutivos, la capital caldense afronta el momento más retador, en el que se necesita una disciplina más firme en el autocuidado entre sus habitantes, que evite el colapso del sistema de salud. Si bien las autoridades deben tomar medidas que mantengan el control de la situación, lo que más se requiere es que cada persona aporte la protección de su propia salud y la de sus familias.
 La idea no es exagerar en la alarma, sino ser realistas y comprender que cualquier descuido puede llevar a que se pierda lo alcanzado durante estos ocho meses. Vienen, además, semanas en las que tradicionalmente las reuniones familiares se incrementan, lo que puede llevar a que se extienda por más tiempo la curva ascendente de contagios. Por eso, el llamado es a la prudencia, a que no abandonemos las prácticas de bioseguridad y autocuidado que han demostrado ser efectivas para restarle velocidad a la pandemia.
 La complejidad de esta enfermedad, que en casos como los que se observan en Europa avanzan en una segunda ola, al parecer más agresiva que la primera, obliga a que seamos muy cautos. Debemos entender que así pronto se pueda empezar a distribuir la vacuna, a la que todavía le faltan varios pasos para poder cumplir ese objetivo, llegar a toda la población mundial requerirá una logística compleja que, además, va a necesitar bastantes meses para una protección general. Por eso, no podemos actuar a la ligera.
 
Lastimosamente, hay quienes están convencidos de que el autocuidado no sirve, o que siguen pensando que la covid-19 es una especie de resfriado. Esas personas son, justamente, las que se encargan de llevar el coronavirus de manera irresponsable a todo lugar en el que están. Llamamos a esas personas a que tomen conciencia de que este es un asunto serio, que ponerse bien un tapabocas, lavarse las manos con frecuencia y evitar las aglomeraciones son aportes muy pequeños si se compara con la posibilidad de que la pandemia se mantenga a raya.