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El comercio es uno de los sectores que más vienen sufriendo con la pandemia de covid-19, sobre todo los subsectores que tienen relación con el entretenimiento y el turismo. Allí se han perdido miles de empleos y la posibilidad de recuperarlos depende directamente de que pueda tenerse de nuevo una dinámica en el consumo que se asemeje a lo que se tenía antes del comienzo de la emergencia sanitaria.
Manifestaciones como la de la Cámara de Comercio de La Dorada, que tiene jurisdicción en todo el oriente de Caldas e incluso en Puerto Salgar (Cundinamarca) y Puerto Boyacá (Boyacá), para que en esos municipios los comerciantes tengan alivios en impuestos de predial y de industria y comercio, así como en la contribución a Sayco-Acinpro, entre otras, evidencia el desespero que los acompaña por la gran caída que sufren sus ingresos.

Es cierto que las finanzas municipales tampoco están en las mejores condiciones, pero es fundamental que se fomente la reactivación económica desde las administraciones, y esa es una buena manera de hacerlo. Incluso otorgar más plazos para los pagos y otras fórmulas de financiación son importantes en un momento como este. Desde el sector financiero también podría hacerse mucho en este sentido, facilitando líneas de crédito cómodas para los empresarios y mayores plazos para pagar.

En ese mismo sentido hay que valorar la alternativa ofrecida por la Cámara de Comercio de Manizales de brindar descuentos en las tarifas del registro mercantil y de Entidades Sin Ánimo de Lucro. Se apunta a que las empresas más beneficiadas con esta medida sean las micro, pequeñas y medianas, de las que dependen un gran número de hogares. El apoyo creciente para que se haga un uso cada vez más amplio y eficiente de las herramientas digitales y de las TIC, en general, puede ayudar bastante. Es fundamental que entre todos, con el esfuerzo de los sectores privado y público, principalmente, se hallen los caminos que despejen la reactivación.

Es importante que, tras la evidencia de que no aportan mucho a la contención de la pandemia, se haya tomado en Manizales la decisión de levantar la obligación de protocolos como los del termómetro y registro en el ingreso a centros comerciales y almacenes, así como la descontaminación de llantas de vehículos y el uso de tapetes desinfectantes. Todo eso ayuda a que los establecimientos comerciales puedan retomar su ritmo hacia la normalidad.

Ahora bien, esto no quiere decir que podamos relajarnos en las medidas fundamentales del autocuidado y la bioseguridad. Por el contrario, en momentos en los que hay más personas en las calles, en los comercios, las empresas y las instituciones, es cuando más hay que mantener el lavado frecuente de las manos, el uso correcto de los tapabocas y el distanciamiento físico en la medida de lo posible. Evitar las aglomeraciones sigue siendo fundamental.

Mientras avance la aplicación de vacunas y las cifras de contagios y de uso de instalaciones hospitalarias por la covid-19 sigan descendiendo, será posible avanzar de manera más franca hacia la normalidad en los aparatos productivos y de comercio. Una buena combinación de alivios en tributos, créditos blandos, apoyo en TIC y bioseguridad responsable podrá lograr una reactivación de verdad.