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En unas dos semanas estarían comenzando las obras de construcción del Aeropuerto del Café, lo que se constituye en la concreción del proyecto regional más ambicioso en décadas, con una inversión cercana a los $531.858 millones. La Fiduciaria Colpatria y la interventoría del proyecto anunciaron la semana pasada que la firma Obrascón Huarte Lain (OHL S.A.), de España, tendrá 816 días (unos 27 meses) para ejecutar el contrato para la explanación, instalación de drenajes, desviación de líneas de energía y adecuación de sitios de depósito de la etapa 1 del proyecto, la cual corresponde a una pista de 1.460 metros de longitud. Este primer contrato es por $141.108 millones 730.419.
 En los próximos meses saldrán a licitación los contratos para la construcción de la terminal de pasajeros y la torre de control, y más adelante el de la pista como tal y la plataforma, aunque sus ejecuciones serían durante los próximos tres años. Del total invertido ya hay un compromiso del Gobierno Nacional por $448 mil 119 millones, de los cuales $198 mil 119 corresponden a vigencias futuras del 2022 y 2023 que ya fueron avaladas por el Consejo Nacional de Política Fiscal (Confis). El aporte de la Alcaldía de Manizales y de la Gobernación de Caldas sumará $83.739 millones.
 Adicionalmente, esta iniciativa ya recibió el respaldo del Consejo Nacional de Política Económica y Social (Conpes), para la fase 1, al ser calificado como un proyecto de importancia estratégica para la Nación. Es la segunda vez que ocurre, ya que en el 2009 hubo una declaratoria similar. Sin embargo, esta vez sí hay estudios técnicos suficientes y respaldados por diversos conceptos especializados, que dan una mayor confianza acerca de que todo aquello que está planeado se podrá ejecutar sin mayores modificaciones.  Otro punto fundamental, que blinda al proyecto de posibles malos manejos y corrupción, es que haya un patrimonio autónomo para la administración de los recursos. Ello debe implicar que el desembolso del dinero solo se haga al ritmo del avance de las obras, las cuales no deberían tener retrasos al contarse con bases técnicas muy claras y una estrategia de ejecución bien establecida. No puede perderse de vista que a OHL le cancelaron hace dos años un contrato para construir la Autopista Río Magdalena, en el norte del país, por supuestos incumplimientos y uso poco claro de recursos de anticipo. Hay que ser muy estrictos en el flujo del dinero, ya que Aerocafé no soportaría un nuevo escándalo de corrupción como el de hace una década.
 Si bien el presidente Iván Duque no aterrizará en la pista de Aerocafé, como lo había prometido, cuando abandone la Casa de Nariño las obras sí deben tener un adelanto considerable. Hay que tomar en cuenta, así mismo, que OHL tiene contratos con Invías, IDU, Ecopetrol y la Agencia Nacional Inmobiliaria Virgilio Barco (ANIVB), en los que no hay problemas hasta el momento. Les corresponde a la interventoría y al administrador de la Fiducia ser exigentes para que los trabajos se ejecuten con agilidad y con la calidad requerida.