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El ministro del Transporte, Germán Cardona Gutiérrez, un caldense que se ha destacado por su trabajo serio en los cargos que ha ocupado, estuvo en Manizales el pasado lunes donde habló acerca de obras que le interesan a la región, entre ellas el Aeropuerto del Café. Pese a las expectativas que se han generado acerca de su segundo paso por la cartera del Transporte, la verdad es que la ilusión de concretar Aerocafé aún no recibe la respuesta que se espera del Gobierno Nacional. Esa es una obra que clama Caldas y que ayudaría bastante a consolidar el departamento entre los más competitivos de Colombia.
Debe entenderse que ese proyecto es una gran necesidad, no un capricho, y que lo ideal es que pueda construirse lo más pronto posible. Hay que reconocer que antes de la primera llegada de Cardona al Mintransporte, en el 2010, se habían cometido muchos errores al invertir recursos en esos terrenos sin tenerse los estudios técnicos necesarios. Gracias a que el ministro exigió que se desarrollaran análisis más profundos, el proyecto pudo corregirse y se comprobó su viabilidad técnica. No se puede permitir que pase el tiempo sin concretar la obra, y que se corra el riesgo de que lo invertido se quede enterrado.
Hoy debe entenderse que Aerocafé no solo les serviría a los caldenses, sino que sería una obra de infraestructura con impacto positivo para todo el Eje Cafetero y el occidente colombiano. Deben tenerse en cuenta conceptos tan importantes como el de la consultora inglesa Atkins, que señaló hace un par de años que sería muy alto el costo de no construir el aeropuerto. Un proyecto como este no puede valorarse por las supuestas utilidades que arrojaría, ya que de hecho esta clase de obras no dan utilidades, pero no ejecutarlas puede arrojar consecuencias negativas donde pudo surgir nuevo progreso.
Esperamos que en el año que tiene por delante el presidente Juan Manuel Santos, y obviamente el ministro Cardona, haya un nuevo avance igual de importante como fue la elaboración de estudios técnicos definitivos. Lo que esperamos es que se pueda hacer el cierre financiero, en el que nuestra región ya mostró una amplia voluntad de participar y en el que se espera un compromiso real y concreto de la Nación. Si dejamos pasar más el tiempo la obra se terminará encareciendo y en el futuro seguirán surgiendo disculpas para dilatar su construcción.
El ministro Cardona ha dicho que está listo a revisar los estudios y el proyecto. Ojalá eso sea pronto y que se analicen alternativas presupuestales para financiar la obra que no terminen diluyéndose, como ha ocurrido con otras opciones que se han planteado en el pasado. Una buena alternativa es que el Gobierno Nacional aproveche los cerca de $4,7 billones que llegarán al Tesoro Nacional por el pago de la multa impuesta a los operadores de la telefonía celular. Estando ya corregido el proyecto desde su estructura técnica, el paso que ahora debe darse es el de dotarlo de recursos.

Cardona dijo en Manizales que no quiere que lo vean como un enemigo de Aerocafé. Nosotros le agregaríamos a esa frase que la región quiere verlo como el ministro que logró sacar adelante tan importante iniciativa para el desarrollo regional. Si el actual ministro del Transporte quiere dejarle un gran legado a nuestra región, el mejor sería que no solo se mejore la operatividad de La Nubia, que debe funcionar muy bien mientras el nuevo aeropuerto despega, sino que de verdad en Palestina surja ese nuevo polo de desarrollo que tanto le va a servir a Colombia.