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El objetivo de tener construido el Aeropuerto del Café para el 2022, cuando el presidente Iván Duque termine su gobierno, va camino a cumplirse, pero es necesario impulsar con mayor fuerza las acciones para que sea posible que el mandatario aterrice allí, como lo prometió. Al día de hoy se cuenta con $150 mil millones de los $320 mil que deberán llegar de la Nación a las arcas del proyecto en los próximos meses, para que junto con los recursos que aporten el Departamento de Caldas y el Municipio de Manizales se completen los $441 mil millones que cuesta poner en operación la primera etapa del proyecto.
Desde junio pasado se constituyó el convenio interadministrativo entre la Gobernación de Caldas, la Alcaldía de Manizales, la Corporación Aeropuerto del Café, el Ministerio del Transporte, la Aeronáutica Civil y la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI). Así, quienes están al frente del desarrollo de esta iniciativa tienen la responsabilidad de avanzar rápidamente con la constitución del patrimonio autónomo (con su respectiva fiducia) y el cierre financiero, para que muy pronto pueda salir la licitación pública que permita que haya un contratista seleccionado, por tardar a mediados del año entrante, y se emprenda por fin la construcción de la megaobra.
Con el fin de que los cronogramas se cumplan, es fundamental que el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) entregue pronto los resultados de su estudio financiero (el cual fue pagado por el Fondo de Prosperidad del Reino Unido), y cuyas conclusiones serán vitales para el desarrollo futuro de Aerocafé. Para el año que transcurre en el presupuesto nacional se tienen $100 mil millones y para el 2020 otros $50 mil millones, que ya fueron aprobados en las comisiones del Congreso y deberán pasar ahora a la plenaria. Si el próximo año logran ejecutarse esos recursos será preciso el resto del aporte para el 2021 si se quiere terminar la primera etapa a mediados del 2022,con una pista de 1.460 metros de longitud, muy similar a la de La Nubia.
Es fundamental que una vez termine la Ley de Garantías el próximo 27 de octubre se acelere el paso y que antes del 31 de diciembre se tenga claridad total acerca de cómo se invertirán los recursos, de acuerdo con un cronograma que establezca obras prioritarias, las cuales deberán empezarse a ejecutar a mitad del próximo año. Para devolverle la total confianza al proyecto y evitar que se repitan los episodios de corrupción que tuvieron parada la obra por varios años, es una buena idea que se cuente con un patrimonio autónomo que reciba los recursos y los entregue a medida que se avance en las obras, pero eso no implica que no se deba vigilar el desempeño de esa bolsa de recursos. 

Si se logra que pronto se empiecen a ver los resultados de este esfuerzo será más fácil encontrar un inversionista privado que esté dispuesto a continuar con la segunda etapa, correspondiente a una pista de 2.600 metros de longitud, la cual demandaría una inversión de $850 mil millones adicionales. Este segundo paso asegurará que contemos con un terminal aéreo en el que puedan operar aviones de mayor envergadura que los que actualmente llegan a Manizales, y poder así aumentar la oferta de vuelos hacia otras zonas del país e inclusive hacia países vecinos. Como sea, a medida que avancen los trabajos de la nueva pista se tienen que establecer conexiones viales necesarias para agilizar el desplazamiento desde Manizales e, inclusive, desde municipios del Eje Cafetero que podrían considerarlo una buena opción para viajar. Hacia el futuro debemos lograr que Aerocafé sea referente del desarrollo del occidente colombiano.