¿Debe acogerse el llamado de la ONU para no usar el glifosato en Colombia?

1 El cambio climático es un tema profundo y universal, de responsabilidad de las Naciones Unidas. Sus advertencias van orientadas a cuidar al medio ambiente, son llamados de atención obligantes. No es claro que Colombia, que siempre ha estado tan abierta a esos llamados, responda de manera tan soberbia y contraria al espíritu de la comunidad internacional. Es un tema respaldado en estudios sobre los riesgos enormes de las prácticas de fumigación con glifosato. Colombia es muy obediente, en el tema de las drogas, de las convenciones que dictaron esa guerra contra el narcotráfico que nos tienen en un mar de sangre, y desobediente con los llamados de las Naciones Unidas a cuidar el medio ambiente. Es muy paradójica esa posición. Es un error garrafal esas fumigaciones, sus costos son elevadísimos y sus resultados desastrosos. No solo por el daño a las personas, a la fauna, a la flora, sino desde el punto de vista fiscal. Entre el 2005 y el 2015, y estos son datos del Gobierno, las fumigaciones y los programas de erradicación gastaron $88 billones, que son 50 años del presupuesto del Ministerio de Agricultura, y en esos años los cultivos en lugar de reducirse aumentaron: no hay sustento racional para esta obsesión del presidente Duque con las fumigaciones.

2 Es que son 200 mil hectáreas de coca, eso es imposible, es una perdedera de tiempo y energía, eso logísticamente no tiene ninguna viabilidad.

3 Es mucho más económico para el país que Colombia les compre la coca a esos campesinos a precios de mercado, que es un proyecto de ley que yo presenté en el Congreso y que está en trámite en la Comisión Primera del Senado. Es más económico comprar toda la cosecha de coca que todos los programas de erradicación, y de paso se acaba con el negocio de los narcotraficantes.