¿Como vé que Holanda apruebe píldora letal para personas mayores cansadas de vivir?

1 En ese tipo de países es normal encontrar esas propuestas, que generan en mí como sacerdote un debate bioético. Lo primero es que la decisión, para quienes somos creyentes, no depende de nosotros, sino de la Providencia Divina, de la creencia de que Dios sabe hasta dónde debe llegar nuestra vida. Es el debate que siempre se ha tenido sobre la eutanasia y del derecho a morir dignamente. La doctrina de la Iglesia en eso tiene claridad en decir que no se trata de distanasia, encarnizamiento médico, de pretender alargar la vida de una persona por medio de tratamientos médicos, tampoco de eutanasia o muerte por piedad como la llaman, por medio de una inyección aplicada por un médico o por un familiar, o de la píldora en este caso, sino que siempre hemos pensado en lo que se llama ortotanasia, es decir, permitir que la persona muera en las circunstancias en las que su vida acabe, cuando sus funciones naturales y mentales acaben, despedirse. En ningún momento la Iglesia está en desacuerdo con los cuidados paliativos, pero sin que se pierda la conciencia, para que la persona pueda sumir la resurrección con plena tranquilidad. La Iglesia no quiere que las personas sufran cuando son pacientes terminales; lo que queremos es que las personas tengan conciencia ante Dios, pero que sus dolores sean aminorados por los avances médicos, y nunca acabar con su vida.

2 Hoy en día hay una idolatría a la juventud, las personas quieren aparentar ser jóvenes. Me parece que el mismo papa ha sido enfático en el amor que les debemos tener a los ancianos, en su valor y sabiduría. En la sociedad decir viejo es decir cansado, aburrido, deprimido, estar arrinconado, y hoy en día uno encuentra personas de la tercera edad vitales, con grandes ideas y espíritu impresionante (es equivocado decir espíritu joven), parte de la madurez es aceptar la edad que se tiene y vivir la vida sin nostalgias, sino con el interés que tiene cada etapa. Creo que hay un odio solapado hacia los ancianos.

3 Hay programas de salud pública que apuntan a eso, que les permite a las personas mayores tener múltiples actividades que les alegran la vida. Las personas adultas mayores también encuentran en la Iglesia un gran refugio, nos sentimos muy felices de que sea así.