Cuando posesionaron al presidente Peruano, coincidimos muchos actores políticos en sentir un temor ante la llegada de una persona sin la experiencia y el conocimiento en el sector público a dirigir el país hermano. Su campaña, como lo mostraron los medios de comunicación, se generó desde propuestas sin fundamentos y poco realizables, pero que llegaron a los rincones con mayores dificultades del territorio peruano, situación que no es ajena a lo que viene sucediendo en muchos municipios de Colombia, donde los mandatarios actuales han perdido el norte de administrar las entidades territoriales para las que fueron elegidos, sin embargo deberíamos realizar una reflexión profunda considerando que el próximo año nos encontramos nuevamente en los procesos electorales para la elección de mandatarios municipales.
Tanto en Perú como en muchos municipios, ¿las crisis institucionales son responsabilidad única y exclusiva de los mandatarios o tendrá alguna grado de responsabilidad los ciudadanos que los eligieron?, con el respeto que me caracteriza, considero que el mayor grado de responsabilidad radica en el pueblo elector. Es el ciudadano en ejercicio de su derecho fundamental de elegir y ser elegido cuando evalúa a los candidatos por infinidad de factores sin considerar el conocimiento técnico y la experiencia en el sector público, bastará preguntarles simplemente si en su momento, para el caso de alcaldes, los ciudadanos estudiaron los programas de gobierno que como candidatos fueron la base de las propuestas de campaña, con seguridad podríamos concluir que un gran porcentaje de ciudadanos no consideraron el estudio del programa de gobierno como un factor determinante para su elección.
Ahora, no es simplemente leerlo, sino evaluarlo y analizarlo bajo los parámetros de la posibilidad de su materialización en las realidades presupuestales y financieras en las que se encuentran las respectivas entidades territoriales, pareciera entonces que somos víctimas de nuestra propia ignorancia en el manejo de los recursos públicos.
Si bien la democracia es uno de los pilares de nuestro Estado Social del Derecho, la misma no podrá ser realmente efectiva mientras esa posibilidad de elegir y ser elegido no este determinada por garantizar que quien elige o es elegido tiene las competencias y capacidades para representar en el manejo de los recursos públicos a la ciudadanía.
Al final, podríamos entonces pensar en qué se basan las decisiones de los ciudadanos para elegir a los mandatarios locales, serán aspectos como la belleza, la presentación, la formas de expresarse, o factores externos como el dinero pagado por su decisión o la entrega de materiales para construcción el factor de definición en la toma de decisiones ciudadanas.
Lo sucedido en Perú nos debe llevar a grandes reflexiones en víspera de los procesos electorales que sucederán en el año 2023.