Cuando Alejandro García se salió del libreto, fungió como creativo, entre otras porque al Bucaramanga –lleno de bajas y falto de fútbol– se le perdió la pelota, vimos por fin un Once Caldas con posesión, aceptando la invitación de que atacara, y creando opciones.

En quizá el mejor primer tiempo del semestre, con Alejo vestido de "diez" y Rodríguez acompañando cerca, generó un cabezazo de López que devolvió el palo, un impacto cruzado de Cardona, y un disparo en el área, del mismo García, que hizo lucir al portero Chaverra.

Los datos del juego dieron cuenta del 51% de dominio de Once Caldas, que parecía el local, corriendo, abriendo el campo, sin permitir que el rival reaccionara, hasta que se "normalizó" en el complemento con los cambios –salieron los 3 delanteros– y firmó el empate.

Meta cumplida, ya después los consabidos tirarse al piso de Cardona y Riquett, y eso que esta vez no lo hizo Chaux porque nunca lo probaron, pues Bucaramanga tuvo dos en todo el partido, pase de Sherman que no tocó Caballero, y un remate débil de Dayro Moreno.

El choque fue antesala al de Colombia con James durante la etapa inicial, y con Yaser Asprilla y Jorge Carrascal más adelante, en un solo frente a Guatemala, a la que goleó 4-1 con balón al piso, talento en el medio, y poder, porque los definidores tuvieron quienes los asistieran.

A riesgo de que nos sigan tildando como viejos a quienes nos gustan esas ideas –Lorenzo, el de la tricolor, y Gamero, el líder con Millonarios, también los son– que bueno es el fútbol con esos expositores, y que agradable ese Once Caldas imponiendo condiciones, así le falten herramientas.

Montado para no perder, restan seis fechas –18 puntos– con igualarlos todos no bastará –alcanzaría 28– por lo que tendrá que ganar algunos en una tabla apretadísima, que pondrá a Medellín y Santa fe causando estragos si se apuntan con victoria en sus aplazados.

Un desliz tirará al abismo cualquier pretensión, y sobre el papel se vienen dos jornadas clave para la clasificación, Jaguares el sábado y Tuluá a continuación, allanando el paso en esa ruta que también incluye Nacional y Alianza en Palogrande, y Cali y Santa fe por fuera.

Nada extraordinario si se preocupa por buscarlos, como en esos 45 en el Alfonso López, con manejo en zona de volantes –así el entrenador lo sintetice como un asunto generacional– y sin tanto respeto, ni prácticas defensivas, ni miedo, que indician el nuevo orden.

!El fútbol ya no se juega así, hay que girar hacia lo europeo" fue el mensaje que nos enviaron. Muy respetable, porque el fútbol de acá es, y seguirá siendo diferente, y porque se requiere intensidad –que no tenemos– y menos Once Caldas, un equipo lleno de jugadores mayores.

Menos mal el proceso de la Selección está en manos de gente que atiende las características que nos identifican, o sino, imagínense la suerte de esos diamantes en bruto –incluyan a Ruiz e Hinojosa– llamados a ocupar las plazas de quienes marcaron época, y ya están de salida.

Habrá que admitir eso sí, la franqueza del técnico de Once Caldas, quien contra viento y marea se aventura con un proyecto aún en deuda, que no logra interpretar el sentir de gran parte de la afición, ni de un sector mayoritario de la crónica deportiva.

En lo personal, celebro el fútbol de Millonarios, con ese tridente sensacional, Daniel Ruíz, Maclister Silva y Andrés Gómez, y me emocionó de verdad –sé que fue un amistoso ante un rival flojito– que el relevo en Colombia lo encarnen jugadores como Asprilla y Carrascal.

Hasta la próxima...