Las actuales condiciones económicas del país han generado situaciones adversas para las comunidades, identificándose, entre ellas, el alza de precios en los alimentos, los cuales han sido duramente golpeados por la inflación, provocando desabastecimiento para las poblaciones más vulnerables, haciendo que se enfrenten al hambre y la desnutrición.
De igual manera, como consecuencia del cambio climático hemos sufrido una prolongada temporada invernal, la cual, ha afectado gravemente las vías rurales que son indispensables para el transporte de los alimentos, haciendo que los campesinos en muchas ocasiones se vean obligados a perder sus cosechas, debido a que no acceden a los caminos para sacar su producción, sumado a que las lluvias han causado daños en la infraestructura que es para el intercambio de los alimentos.
El presidente Petro tiene estipulado en las bases del Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 hacer de Colombia “la despensa alimentaria de América Latina”, buscando que se incremente la producción de comida a través de una reforma agraria, que aún no se ha presentado y de la cual no se conoce el texto, pero de la cual se sabe que busca la adquisición de tierras improductivas para realizar siembras y hacer del campesino sujeto de derechos, para su reivindicación en las dinámicas socioeconómicas del país.
Caldas es un territorio rural, el 23% de sus pobladores son campesinos, el 11,6% del PIB caldense se encuentra conformado por la economía agrícola, estos aspectos hacen que el departamento tenga un protagonismo en la producción de alimentos del país. Sin embargo, se deben implementar esfuerzos para fortalecer el sector a través de la incorporación de cadena de valor asociada a la agroindustria, la transformación de materia prima en producto terminado y en la tecnificación de procesos, que les permitirán a los campesinos caldenses fortalecerse como empresarios, mejorándose las condiciones de vida de los pobladores rurales.
Teniendo en cuenta que los expertos auguran una mayor alza en los precios de los alimentos y conociendo la situación actual por la que pasa el campo caldense, se hace necesario construir un plan ambicioso pero realizable para garantizar el acceso al sustento de las comunidades. Esta estrategia debe incluir, entre otros, los siguientes aspectos:
1.Soberanía Alimentaria: Se identificará las vocaciones agrícolas de cada municipio, acompañar a los productores con asistencia técnica y generar el autoconsumo, esta labor garantizará el fortalecimiento de la economía familiar, la cosecha de alimentos y el cuidado del suelo.
En Supía, avanzamos en un programa de soberanía alimentaria que tiene como protagonistas a las mujeres rurales y el cual es el resultado de la articulación con el Resguardo Indígena Cañamomo Lompatrieta, la Alcaldía y los productores, los cuales avanzan en tecnificar sus cosechas y de esta manera garantizar su sustento, financiado por el Sistema General de Regalías- SGR.
2. Bioeconomía: la producción agrícola caldense tendrá que adaptarse a los parámetros estipulados por la bioeconomía, la cual propende por un campo más sostenible y competitivo. Esta situación es una oportunidad para abrir mercados internacionales y revertir los efectos del cambio climático.
3. Plan vial rural para la vida: el transporte de la producción de los campesinos, requiere vías en excelentes condiciones, garantizando el abastecimiento de los centros de acopio y comercio, para que los ciudadanos accedan a los alimentos. 
4. PAE con producción local: el Programa de Alimentación Escolar estará conformado por cosechas de cada territorio, con esto se dinamizará la economía rural, además que incentiva a las nuevas generaciones a consumir lo producido en el municipio.
5. Investigación e innovación para el campo: los centros de investigación caldense se encuentran llamados a realizar propuestas para tecnificar aún más el sector agropecuario, incorporando conocimiento en la generación de alimentos.
6. Gobernanza para la Soberanía: la estrategia para la transformación del campo deberá ser liderada por las comunidades rurales, trabajando junto con las entidades gubernamentales y con los empresarios para llevar a cabo la estrategia de transformación rural.
7. Ordenamiento territorial: la administración del territorio será el resultado de una adecuada planificación, teniendo en cuenta los conflictos del uso del suelo y las vocaciones locales.
El desarrollo rural es una prioridad para el país, trabajando para alcanzar una mayor soberanía alimentaria, que nuestros campesinos tengan mejores condiciones de vida y garantizar el acceso al sustento para toda la población, para que de esta manera podamos ser la despensa alimentaria de América Latina.