La educación superior en el Plan Nacional de Desarrollo (PND), Colombia Potencia Mundial de la Vida, está focalizada en permitir una mayor gratuidad en las instituciones oficiales y generar mayor facilidad de pago a los estudiantes que llegan a la privada con crédito, en el marco de la consideración de una educación de calidad para reducir la desigualdad, como derecho fundamental progresivo para la realización humana. Este es el foco mayor del PND en educación superior.  Tiene como criterio de distribución de cierre brechas y llegada a las regiones. Y un número que será el gran indicador: 500 mil nuevos estudiantes.     
El primer componente es el fortalecimiento de las universidades públicas para que lleguen más estudiantes y en el marco de una gratuidad, que de manera realista se postula como algo progresivo, fundamentalmente en razón a su costo fiscal.  A su vez, para facilitar el acceso a las universidades privadas se fortalecerá el ICETEX con el traslado de los saldos de cuentas inactivas de ahorro y corrientes desde el sector financiero. Adicionalmente, se va a implementar el mecanismo de pago contingente al ingreso para las nuevas obligaciones. Es decir, que se mantendrá la odiosa discriminación a estudiantes en razón de encontrarse en las universidades oficiales (gratuidad, con riesgo de regresividad por apuntar a la universalización), o en las privadas (solamente un subsidio parcial y pago contingente al ingreso futuro de los estudiantes cuando salgan a la vida laboral).
El segundo foco está en la relación de las instituciones y programas con el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología e Innovación, el Sistema Nacional de Cualificaciones y con el sector productivo, social y cultural. La articulación esperamos que pueda dar pistas muy importantes para que la formación se alinee con la política de reindustrialización que tiene en mente el nuevo Gobierno.   Y lo más importante es que se privilegiará la inserción laboral y la transformación social. Otro de los aspectos está en la articulación de la educación para el trabajo y la educación media. Hay pues, una intencionalidad muy importante para asegurar la inserción laboral. La pregunta por la pertinencia de los programas será fundamental.  
El tercer foco está en la óptica integral e incluyente de la educación, desde la perspectiva de género, raza, vulnerables. Esta preocupación es vital para asegurar que el sistema sea profundamente humano e incluyente, que pasará por el reconocimiento de saberes, culturas y etnias para que potencien los proyectos educativos. Lo que llevará a acercarse más a los territorios, lo cual es clave para cerrar brechas, pero en este campo se tendrá que ser muy realistas, para no exagerar las expectativas sobre la educación en las regiones.
Y finalmente, el cuarto foco está la reconceptualización del sistema de Aseguramiento de la Calidad. Que pone el dedo en la llaga que ha atormentado al sistema por todos los problemas y lentitud en el trámite de registros y acreditaciones. Buscará la racionalización de los procesos y trámites, con un énfasis más en la autoevaluación, la autorregulación y el mejoramiento continuo. Plantea dar un salto importante en el grado de confianza del Ministerio con el sector, que implica en el fondo tener un énfasis en el fomento, más que en la inspección y vigilancia.   
Si bien habrá que esperar el plan sectorial de educación, para tener la carta de navegación para los próximos cuatro años, los cuatro focos del PND están en la dirección correcta para dinamizar el sector y darle unos puntos de desarrollo estratégicos. Será clave que para la implementación el trabajo colaborativo y la construcción de consenso sea la vía. Igualmente, ante el anuncio del Ministro de Educación de hacer una reforma integral a la Ley 30, es vital que se haga en este mismo ánimo de trabajo conjunto.