Todos nos preguntamos ¿cómo podrá Colombia lograr la Paz Total? Para que el anhelo del presidente Petro de la “Paz Total”, pudiera llegar a buen término, hay una serie de recomendaciones y anotaciones que salieron del 9º Seminario Internacional de Paz y Reconciliación realizado en la Universidad Javeriana Cali a instancias de su Instituto de Estudios Interculturales. Allí participaron representantes de distintos estamentos: Indígenas, Afros, Campesinos, Congresistas, Empresarios, Militares retirados, directivos gremiales, ONGs, Académicos, e invitados internacionales que han estado muy vinculados a los procesos de diálogo en el país y las regiones.
Cinco grandes recomendaciones: Para que haya confianza en la Paz Total el Estado debe cumplir los acuerdos con las Farc, pues ello ofrece la posibilidad de generar confianza en los procesos y acuerdos. En segundo lugar, que la Paz Total tenga una estrategia general y muy seria, pues lo que hasta el momento se ha visto es la ausencia de estrategia que lleva a la improvisación que, finalmente, puede conducir a un estruendoso fracaso. En tercer lugar, para negociar la Paz Total es necesario tener una estrategia de seguridad paralela, que lleve a los actores generadores de violencia a la negociación y lo que es vital, que ofrezca a los ciudadanos una protección. Nunca perder la perspectiva de los acuerdos desde los territorios y sus gentes. Por último, sabiendo que el negocio del narcotráfico es uno de los generadores de violencia de mayor peso, mientras se logra una despenalización internacional, se requiere perseguir las finanzas para contenerlo a su mínima expresión.
Hay otros aspectos que pueden ser decisivos a la hora de ambientar una opinión pública sobre la paz. De una parte, superar el negacionismo, muchos estamentos en el país han “mirado para el otro lado” frente a las atrocidades que vivimos. Es necesario que el país, con el Informe de la Comisión de la Verdad y con las sentencias tan esperadas de la Justicia para la Paz, tome consciencia de todo lo que ocurrió en nuestra patria, comprender su tamaño y profundidad. Ahora se pide que si bien centrados en las víctimas, pero colocando ahora énfasis en la narración y el arrepentimiento de los victimarios. Ellos deben aportar mucho más a la verdad y a la promesa de no repetición.
De otra parte, los aportes que dieron especialmente desde las regiones, con los pies en los territorios, fueron significativos. Reconocer a todos los actores como seres humanos y colocar la vida por encima de todo. Este mensaje es muy potente, porque implica reconocer a los demás, ser empáticos, estar abiertos a escuchar a los demás, dispuestos a perdonar, pero especialmente, a construir en conjunto. Y de allí viene una segunda anotación: Es fundamental que las decisiones sean el producto de los consensos, que implican que no haya imposiciones unilaterales, sino acuerdos aceptados por todos. Para ello, las herramientas de diálogo social son fundamentales, cómo construir con el “contrario”. Bien señaló el p. Mauricio García, que este proceso de pasar del Conflicto a la Integración, es necesario que transite por toda una cantidad de pasos: Conflicto-Coexistencia-Colaboración-Cooperación-Interdepencia-Integración. La paz como una integración social.