El politólogo Eduardo Pizarro Leongómez, profesor emérito de la Universidad Nacional, escribió el viernes pasado un interesante ensayo con motivo de la Paz Total en El Tiempo, y que en realidad tiene serias llamadas de atención al Gobierno del Presidente Petro en aspectos que aún trascienden al tema preciso del documento. Creo que toca puntos clave que hay que tener muy presentes, para que no nos “encunetemos” o peor caigamos al abismo en la búsqueda de la paz total. Y más allá, estamos hablando de la manera de gobernar.
El habla de siete desafíos. El primero. “Una multiplicidad de grupos armados no estatales, tanto político como criminales y entre estos de distinto nivel de degradación”. Y como lo dijo hace poco el excomisionado de paz del gobierno Santos, Sergio Jaramillo, no se puede negociar de la misma manera ni con los mismos criterios con tanta diversidad de grupos. Unos son para negociar y otros son sencillamente para someter. Y la diversidad de grupos en simultánea, pueden generar una complejidad grande.
El segundo. “Un rotundo rechazo del Eln a la idea de una “Paz Total”. En efecto, el Eln lo que clama es que a los movimientos con motivación política no los junten con otros. Hay pues una solicitud de tratamiento especial y por separado. Y este paradigma que ha sido el que se ha utilizado en el país en el acuerdo con el M-19 y las Farc, vamos a ver cómo se organizan los colectivos.
El tercero. “La definición de las normas que regirían las negociaciones de paz y el sometimiento a la Justicia”. La JEP, por medio de su presidente, Eduardo Cifuentes, ya puso los límites al decir que no pueden llegar allí los que traicionaron el Acuerdo de Paz ni los delincuentes comunes. Hay pues una pregunta sobre cuál sería entonces la jurisdicción para el asunto.
El cuarto. “La honda crisis de la disidencias de las Farc”. Por una parte la Nueva Marquetalia, por otro las que se llaman Farc-Ep que no están articuladas.
El quinto. “La persistencia de incentivos (tráfico de drogas y minería ilegal) para la reproducción de los grupos criminales organizados”. Un capo se entrega y salen varios capos nuevos de sus lugartenientes. Es un problema que se da porque la actividad fuente de recursos sigue operando.
El sexto. “Un desbordamiento por la izquierda”. Leongómez trae a colación el costo del movimiento de Allende de Chile que por su desbordamiento generó el golpe de estado. Y este tipo de desbordamientos se está observando en la toma de tierras ilegal que se está dando en distintos lugares del país. Desconocer la legalidad puede resultar muy costoso para el país y la misma democracia.
El séptimo. “Una profunda desmoralización de la Fuerza Pública”. La caída de moral en las fuerzas armadas y policía señala que es muy grande. Pues bien, si no hay seguridad y esta se deteriora por el desánimo de las fuerzas estatales, muy difícilmente se logrará la paz. La presencia de un Estado de manera contundente en todo el territorio es necesaria para mantener la cohesión social.
Siete desafíos que exigen que el Gobierno del Presidente Petro mida con mucho más cuidado sus propuestas y las elabore mucho más antes de mandarlas a la opinión pública generando innegable incertidumbre y perplejidad. Debe pensar más y armar mejor las propuestas.