Antes de finalizar el trámite de la reforma tributaria apareció una proposición en el Senado y la Cámara que fue aprobada en las últimas horas de debate sin ninguna consulta a las universidades ni a las agremiaciones de instituciones de educación superior. Se trata del impuesto a los ingresos de las universidades privadas de los dineros que reciban por desembolsos del ICETEX correspondientes a créditos para estudiantes.
El anuncio del presidente de ICETEX, según el cual la institución sólo cobraría el componente inflacionario y no habría intereses para los préstamos tradicionales de la entidad, será financiado por el nuevo impuesto que tendrán que pagar las universidades privadas.
Este subsidio, que saldrá de los ingresos de las universidades privadas, podrá ayudar a incrementar la demanda por cupos en ellas, pues seguramente estudiantes que antes no se atrevían a tomar un crédito del ICETEX para llegar a la educación superior, lo harán por ser más barato el crédito ¿Cuántos llegarán? No es fácil predecirlo. Veremos qué ocurre en los primeros semestres de aplicación de la nueva política.
El golpe a los ingresos de las universidades privadas será significativo. Dependerá de la composición de sus estudiantes según la fuente de financiación. Unas universidades tienen alrededor del 25%, pero otras llegan a más del 80%. Es decir, para algunas universidades será una reducción importante de ingresos, y serán especialmente las que tienen estructuras financieras más débiles. Un rector señalaba: hay que esperar que esto no genere la reducción de otros estímulos como becas y descuentos que en la actualidad otorgan las universidades a estudiantes.
¿De cuánto será el impuesto a las universidades privadas? La tarifa está descrita así: “… será la diferencia entre la tasa de interés contratada por el estudiante con el ICETEX y la variación anual del Índice de Precios al Consumidor -IPC determinado cada inicio de año por el DANE, vigente al momento del giro”. Según el ICETEX: “El Instituto cuenta con tasas que van desde el IPC+4 puntos al IPC+10 puntos en sus diferentes líneas de pregrado y posgrado”. Es decir, que estamos hablando que el impuesto oscilará entre el 4% y 10%, según las tasas concretas de cada préstamo. Esperar que esto no lleve a que el ICETEX no ponga mucha atención al nivel de tasas que cobrará y que trasladará en su componente real a las universidades. Aquí habría el riesgo que llama la teoría del “tercer pagador”, que puede llevar a que se eleven, al ser las universidades las responsables y no el ICETEX. De otra parte, preocuparía que personas que actualmente cancelan de contado y que lo pueden hacer con recursos propios, tengan la tentación de pedir el préstamo al ICETEX subsidiado. Esto llevaría a generar un costo adicional para las universidades, sin aumentar la cobertura. Así, el ICETEX tendrá que ser cuidadoso en la selección de los beneficiarios.
El sistema de financiación no es el mejor, porque golpea a las universidades privadas, haciéndolas más elitistas o de menor calidad. Cualquiera de estas dos situaciones no es deseable. ¿Cómo mejorar? Con un fondeo inteligente y de componente social del ICETEX que haga que las tasas sean bajas y por lo tanto, lo que trasladen a las universidades privadas no sea gravoso para sus esquemas de sostenibilidad a largo plazo. Una cifra razonable estaría entre un 2 o 3%.