El primer paso de un niño o un joven para alcanzar el éxito es tener claro un buen proyecto de vida.
Para avanzar se necesita tener claro cuáles son las fortalezas, los recursos y los límites en la vida profesional y personal.
Solo así se define un plan de acción, un derrotero, y se pueden tomar sabias decisiones a lo largo de la vida.
El proyecto de vida se debe fomentar desde la infancia con metas y sueños que despierten pasión.
Al mismo tiempo es bueno ser flexible y revisarlos, según las circunstancias que se afrontan.
No basta lo académico, un buen plan debe incluir actividades culturales, deportivas, artísticas o sociales.
Se ha comprobado que un plan variado ayuda a desarrollar la creatividad y el pensamiento.
También hay que abrir las puertas a lo espiritual y en este campo hay un inquietante vacío en ciertos hogares y centros educativos.
@gonzalogallog