En el Imperio romano se empleó la palabra senior (señor), para referirse a los ancianos más respetables.
Eran los senadores romanos y, más tarde, a los dirigentes de las comunidades cristianas y judías. Señor es alguien mayor.
El término presupone algún tipo de nobleza y potestad. Se aplica a alguien en quien se reconoce sabiduría.
Lo vemos en expresiones religiosas como estas: como señor del reino, señor de la casa, señor de los ejércitos.
En latín, senex es anciano y señor es dóminus. De ahí viene la palabra domingo, como día dedicado a santificar al Señor.
En sánscrito es sanas, viejo. En italiano, Signore y Monsignore. En francés antiguo, seigneur. En francés actual, monsieur.
Cuando le dices a Dios “mi Señor”, ojalá no sea una palabra vacía, es que reconoces su señorío, su poder y su sabiduría.
También se la dices a Jesús con amor y aceptas que dirige tu vida y te dejas guiar por él que tiene toda la dignidad.
@gonzalogallog