De Santiago Jiménez, las mejores referencias. Lateral derecho con gol que maduraba expectativas en la Argentina por lo que Envigado, donde deja buena imagen, negoció su libertad.

De Dayro, polémicas y… goles. De Sherman, ya veterano, fino fútbol, exquisito, pasador, cobrador de faltas, sin gran físico, discontinuo, pero influyente en el juego ofensivo.

Sherman pidió a Dayro para Bucaramanga, ahora Dayro lo pide a él para el Once Caldas porque es su socio ideal. Pareja explosiva, con hilo conductor de pase y gol, que se conoció en la veteranía.

Del “Pecoso” Correa, nada es nuevo. Lento pero tiempista. Bien posicionado. Líder, fuerte, disciplinado y comprometido.

Jhon Freddy Salazar es, con Sinisterra y Estupiñan, el mejor producto de la cantera del Once. Tardó en consolidarse, pero, cuando se le agotaban los tiempos y se maduraba un traslado a la categoría B, se destacó en Águilas Doradas, desde su posición de extremo, con buena ejecución de sus ataques, funcionalidad, juego asociado y mucho sacrificio.

De Arley Rodriguez, en carpeta, poco nada. Delantero externo, alegre, sin gol. Con mercado y poco fútbol efectivo. Sin pena y sin gloria pasó por Nacional y Santa Fe y pobre ha sido su recorrido en el fútbol peruano, a pesar de su título con Universitario.

John Pajoy es genial gambeteador, asistente de gol, hábil por los extremos y demoledor por el medio, cuando arranca de atrás, por su velocidad y su técnica.

Del nuevo portero, poco se conoce. Se especula sobre Chaverra porque Chunga anda en la ruta del Tolima. Chaverra fue figura en Bucaramanga y Huila. Es seguro y muy hábil entre los palos. Pero, en Bogotá, se asegura que ha sido el peor guardameta de Santa Fe en muchos años.

Ortíz negocia para quedarse; Chaux prepara maletas porque el propietario de sus derechos no lo quiere prestar, sino transferir.

Algo bueno cocina Tulio Mario Castrillón, en la búsqueda de soluciones para fortalecer proceso y equipo. Como se ve, se arma con veteranos futbolistas, el mejor camino frente a los apremios de la tabla y la urgencia en la reivindicación, que suavice la áspera relación con los aficionados.

Si el club gana y, por qué no, golea, muy rápido se olvidarán las penas. Llegará el indulto, incluido el del entrenador, rechazado por todos.

Corredor, se frunce pensando en Dayro. ¿Podrá manejarlo? No creo que lo trate como a los chicos, a quienes reprendía con agresividad, mientras los despojaba de la esperanza de verse en primera división. Su margen de error es mínimo.

PD. Espera, en próxima entrega, mi opinión sobre el enésimo retorno de Dayro Moreno al Once Caldas. Ya esta en el horno y…huele bien.